Barcelona abre una era en la braza
Efímova logra su primer oro mundialista en 200 m, en tanto que Pedersen y Meilutyte baten dos récords
Dos récords del mundo, y la consagración de las nuevas estrellas de la braza femenina. Esa será, también, la gran aportación de Barcelona 2013 a la natación de los próximos años. Ayer, la rusa Yuliya Efímova se coronó como la nueva reina de los 200 m braza, sorprendiendo a la danesa de corazón catalán Rikke Pedersen. El récord del mundo de la víspera no le bastó. Sí le había valido a Ruta Meilutyte, que tras batirlo también en las semis de 100 m braza se confirmó en la final como la mejor del mundo, por delante de la rusa. Pero ayer, Efímova demostró por qué, a sus 21 años, muchos la consideran la mejor bracista europea, incluso por delante de Ruta y Rikke.
Efímova siempre ha sido una nadadora atípica. Una de las pocas bracistas que saben ir de menos a más para imponerse hasta en pruebas de 50 m tras hacer una salida que condenaría a cualquiera de sus rivales. Ayer también sorprendió a última hora, cuando todas las previsiones la vestían de plata. Agazapada, cuarta en el primer 50, segunda en el 100 y en el 150, siempre tras Rikke, la rusa aprovechó su capa- cidad de reacción en los últimos metros para superar a la danesa y tocar la pared a 2m19s41, tres centésimas por encima del récord de su rival, que también se había marcado como objetivo.
“Esta medalla es lo mejor que me ha pasado. También pretendía batir el récord de Rikke, pero no he podido”, confesaba la rusa tras colgarse el oro que por fin la consagra. “Me voy con un sabor agridulce –añadía la danesa con la plata al cuello–. Estoy muy contenta por el récord y por haberlo conseguido en Barcelona, pero quería el oro. Creo que esta es una de las pruebas, junto a las otras de braza, más competidas, con nadadoras de mucho nivel”.
Las palabras de Rikke no hacían sino destacar una evidencia: con dos récords del mundo en Barcelona, la braza femenina ha superado con nota en este Mundial la ausencia de la estadounidense Rebecca Soni, que sigue la competición en la ruidosa grada del Sant Jordi tras haber decidido tomarse un año sabático después de los Juegos de Londres, y el mal estado de forma de la japonesa Satomi Suzuki, que no ha entrado en ninguna de las dos finales de braza que se han disputado, a la espera de que mañana se
UNA NUEVA ERA La nueva generación de bracistas logra dos récords del mundo en la piscina del Sant Jordi NUEVOS RETO S Marina Garcia se da por satisfecha y tras el Mundial se entrenará con Missy Franklin
naden las series y las semifinales de 50 m.
La estadounidense y la japonesa habían acaparado hasta ahora los dos principales escalones del podio, tanto en los Mundiales como en los Juegos. Barcelona 2013 ha abierto la vía a una nueva era de nadadoras a las que sólo les faltaba la consagración. Junto a Efímova, Pedersen y Meilutyte, ya han brillado en la piscina del Sant Jordi la estadounidense Micah Lawrence, relevo natural de Soni y ayer bronce en 200 m, su compatriota Jessica Hardy y, cómo no, la catalana Marina Garcia. Tras llegar a la final de ayer con el cuarto mejor tiempo acabó sexta y había sido séptima en la final de 100 m.
“Ya he cumplido todos los objetivos con los que llegaba a esta competición –afirmó, aunque aún le quedan los 50 m–. Estoy muy contenta con mi trabajo. Si hubiese nadado en el mismo ritmo que en las semis podría haber aspirado a algo, pero ha sido imposible”. Ambiciosa, la nadadora del Mediterrani, formada por el técnico del club Txuma Rull, dejará esta temporada el CAR de Sant Cugat y al técnico José Antonio del Castillo. Se va a la Universidad de Berkeley, con Missy Franklin. Quiere más.