Maratón dorado
El estadounidense Lochte se cuelga dos medallas de oro en su jornada más apretada
LAS SENSACIONES “No podía pensar en todo; he ido paso a paso, carrera a carrera, pero me duele cada parte de mi cuerpo”, reconoció Lochte
“Allez la France, allez la France”, retumbaba en el Palau Sant Jordi a las ocho menos cuarto de la tarde. La última prueba de la jornada, los relevos del 4x200 libres, se antojaba el plato fuerte, pues Francia y Estados Unidos volvían a citarse para la segunda batalla por equipos. En el marcador: Francia 1-Estados Unidos 0. Los tambores de guerra sonaron horas antes de que Yannick Agnel –campeón mundial en esta distancia a nivel individual– y Ryan Lochte lideraran a sus compatriotas. Los gritos se tornaron en un estallido de cánticos patrióticos, pero no para nuestro país vecino, si no para el del otro lado del océano. Decepción para los galos, que acabaron cuartos y alegría contenida de Estados Unidos, campeona por costumbre en esta disciplina por delante de dos sorpresas: Rusia y China, plata y bronce respectivamente. En los cuatro últimos campeonatos del mundo y en los tres últimos Juegos Olímpicos, los norteamericanos han dominado este relevo antes comandados por Phelps y ahora por Lochte. La estrella de Nueva York nadó ayer tres pruebas en tres estilos diferentes: 100 metros mariposa en series vespertinas, final de 200 metros espalda en la segunda final de la sesión de tarde y semifinales de la prueba de la mañana en la que logró billete para la final de hoy –por cierto, cumple 29 años– con el mejor tiempo. Y tras este ajetreo de idas y venidas, la final de relevos. Maratón dorado: cuatro sprints y dos oros. Un día agotador.
Lochte también disfrutó de pequeños desquites. En los 200 espalda, donde defendía título del mundo pero en los que quedó tercero en los Juegos Olímpicos del año pasado, devolvió la moneda a su amigo Tyler Clary, campeón en Londres y bronce ayer. “Podré vivir con ello”, bromeaba el derrotado. La prensa japonesa veía a sus mejores hombres, Ryosuke Irie y Kosuke Hagino, como alternativas para hacer podio, pero la plata se la llevó el polaco Kawecki con récord europeo.
En los 100 mariposa, prueba hasta ahora dominada por Phelps y donde la competencia es feroz, el estadounidense se llevó el mejor tiempo de la semifinal por delante de Le Clos, campeón de los 200 mariposa y aspiran- te al trono del de Baltimore. Y ya para rematar todas las venganzas, por la noche hizo una excelente posta en el relevo para tumbar a Francia. El nadador resoplaba tras la entrega de medallas: “No quería ni podía pensar en todo a la vez. He ido paso a paso. Mi equi- po y mi preparador físico han sido claves para superar el día”. “Me duele cada parte de mi cuerpo –añadió– pero el triplete puede ser un regalo de cumpleaños genial”. Se refiere a otra medalla más, si su dolorido cuerpo y sus rivales se lo permiten.