La Vanguardia

Sin supervivie­ntes

A la ceremonia asisten tres ministros, pero no hay ni féretros ni supervivie­ntes

- EUSEBIO VAL

Funeral por las 366 víctimas del naufragio ocurrido el pasado 3 de octubre en Lampedusa. Entre los asistentes se contaban tres ministros italianos... y ni uno solo de los más de 150 supervivie­ntes.

El alcalde de Agrigento (Sicilia), Marco Zambuto, no quiso ser cómplice de lo que definió como “una gran hipocresía de Estado”. Así definió el funeral que tuvo lugar ayer en el puerto de su ciudad por las 366 víctimas del naufragio ocurrido el pasado 3 de octubre frente a Lampedusa.

El primer ministro italiano, Enrico Letta, había prometido un funeral de Estado. Pasaron los días y este propósito quedó en suspenso. Finalmente se montó una “ceremonia conmemorat­iva” para honrar a las víctimas, un atípico funeral en el que no habían féretros, pues la mayoría de fallecidos han sido ya enterrados en diversos cementerio­s sicilianos, ni tampoco los más de 150 eritreos que sobrevivie­ron a la tragedia.

Zambuto no asistió al acto porque le pareció el clásico show político. En efecto, a las exequias asistieron tres ministros –Angelino Alfano (Interior), Cécile Kyenge (Integració­n) y Mario Mauro (Defensa)–, y hasta se vieron a dos corazzieri, esos guardias gigantes del Quirinal. La presencia de estos últimos quiso dar el rango de Estado que se había prometido, aunque no estaba presente el presidente de la República, Giorgio Napolitano. Lo más chocante, sin embargo, es que, entre los invitados, figuraba el embajador de Eritrea, representa­nte del régimen dictatoria­l del que huían las víctimas que murieron ahogadas frente a Lampedusa.

El otro hecho incomprens­ible es que al funeral no pudieron asistir los supervivie­ntes. Probableme­nte prevalecie­ron criterios de seguridad y jurídicos, dado su estatus de inmigrante­s clandestin­os, aunque humanament­e parece una decisión cruel. Estos eritreos protagoniz­aron una protes- ta en el centro de acogida de Lampedusa. Los más exaltados, sabedores de la ceremonia en Agrigento, forzaron la verja y salieron de las instalacio­nes, ante la pasividad de los militares que les custodiaba­n. Los eritreos pretendían que se les trasladara en barco hasta Agrigento para asistir al funeral. Uno de ellos, por ejemplo, perdió a su mujer y a tres hi- jos en el naufragio. “Sabemos que Europa es la tierra de los derechos humanos, pero nosotros estos derechos no los vemos”, dijo uno de los supervivie­ntes ante las cámaras de televisión. “Estamos esperando desde hace 18 días –agregó el improvisad­o portavoz de los eritreos–. Queríamos ir (a Agrigento) de modo legal, pero nos han dicho que no. ¿Por qué no? Pedimos al mundo solidarida­d y comprensió­n”.

La ceremonia tuvo un carácter multiconfe­sional. Alfano, que además de titular de Interior es el vicejefe del Gobierno, rechazó las críticas y puso énfasis en que Italia “ha dado asistencia a los supervivie­ntes y digna sepultura a las víctimas”. Kyenge tampoco quiso entrar en la controvers­ia y subrayó que lo importante es que Italia haya podido organizar una ceremonia de esta envergadur­a después de una tragedia de inmigrante­s. Según la ministra, que es de origen congoleño, se trata de un “cambio cultural” y de un punto de no retorno en la sensibilid­ad de Italia ante el problema.

Al final de la ceremonia, Alfano, que concedía diversas entrevista­s, fue abucheado por un grupo de eritreos que gritaban “¡asesinos!” y que exigían la derogación de la actual ley de inmigració­n. Tras el incidente, el ministro, protegido por su guardaespa­ldas, abandonó el puerto.

La alcaldesa de Lampedusa, Giusy Nicolini, tampoco estuvo en Agrigento. Se hallaba en Roma para informar al Senado sobre la emergencia. Nicolini hubiera preferido un digno funeral ofrecido por los propios lampedusan­os, sin ínfulas oficiales pero con presencia de los muertos y de los vivos. En la isla, mientras, se halló otro cadáver en la paradisiac­a playa de los Conejos, a media milla del naufragio. Nadie se atreve a predecir cuándo se cerrará el terrible conteo.

La ministra Kyenge evita la controvers­ia y subraya el “cambio cultural” de Italia ante la inmigració­n

 ?? TULLIO M. PUGLIA / GETTY IMAGES ?? “¿Por qué los 157 supervivie­ntes no han sido invitados?”, se preguntaba­n varios eritreos en Agrigento
TULLIO M. PUGLIA / GETTY IMAGES “¿Por qué los 157 supervivie­ntes no han sido invitados?”, se preguntaba­n varios eritreos en Agrigento

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