Estrasburgo critica el secretismo de Rusia sobre la matanza de Katyn
El Tribunal dice que no es competente en un caso de hace 73 años
La terrible orden de ejecución que Stalin firmó en 1940 con un lápiz azul no tendrá castigo. Al menos, no un castigo como les habría gustado a los familiares de los casi 22.000 prisioneros de guerra polacos que la policía secreta soviética (el NKVD) fusiló a sangre fría en los bosques de Katyn, cerca de la ciudad rusa de Smolensk.
El Tribunal Europeo de Derechos Humanos, con sede en Estrasburgo, criticó ayer a Rusia por falta de colaboración. Sin embargo, en una sentencia contra la que no cabe recurso, se declaró incompetente para pronunciarse debido al tiempo transcurrido. El Gobierno polaco está “decepcionado” con la decisión, dijo su viceministro de Asuntos Exteriores, Artur Nowak-Far.
El tribunal sentenció que Ru- sia no ha cumplido con su compromiso de 1998, cuando ratificó la Convención Europea sobre Derechos Humanos, ya que no ha colaborado con el tribunal según establece el artículo 38. “El Gobierno ruso no ha cumplido con las peticiones de entregar a esta Corte una copia de la decisión de septiembre de 2004 de detener la investigación sobre Katyn”, dice el tribunal en su sentencia.
La Fiscalía militar rusa dio carpetazo al caso Katyn en septiembre de 2004 tras 14 años de investigaciones, y clasificó como “máximo secreto” 36 de sus 183 volúmenes. Uno de esos documentos secretos contiene las razones para dar por terminadas las pesquisas, asegura el tribunal. La oenegé Memorial había pedido a los jueces rusos que se desclasificase ese documento, pero la solicitud fue desestimada.
En este caso, oficialmente conocido como “Janowiec y Otros contra Rusia”, y que llegó a Estrasburgo a finales de la pasada década, 15 familiares polacos de 12 víctimas de Katyn sostienen que Rusia no ha llevado a cabo una investigación efectiva sobre la matanza y que muestra una “actitud despectiva” hacia sus peticiones. Los tribunales rusos han confirmado que los ciudadanos extranjeros no pueden tener acceso a material clasificado. En su sentencia, Estrasburgo niega que los familiares hayan sufrido “trato inhumano” por parte de las autoridades rusas.
En agosto de 1939 la Alemania de Hitler y la Unión Soviética de Stalin firmaron el pacto de no agresión Mólotov-Ribbentrop, el
Beria propuso a Stalin en 1940 la ejecución de los “enemigos incorregibles del poder soviético”
nombre de sus ministros de Exteriores. El acuerdo incluía una serie de protocolos secretos para dividirse Rumanía, Polonia, Lituania, Letonia, Estonia y Finlandia. El 1 de septiembre, Alemania invadió el oeste de Polonia. El Ejército Rojo entró por el este el 16 de septiembre, ocupó el territorio e hizo miles de prisioneros.
En marzo de 1940, el poderoso y temido jefe de la policía secreta soviética, Lavrenti Beria, envía una carta a Stalin proponiendo la ejecución de quienes consideraba “enemigos firmes e incorregibles del poder soviético”, que incluía a oficiales del ejército, policías e intelectuales polacos. Cuatro miembros del Politburó, Stalin, Viacheslav Mólotov, Kliment Voroshílov y Anastás Mikoyán, firman la orden de ejecución. Delante de su firma, Iósif Stalin escribe con lápiz azul: “A favor”.
Las ejecuciones se llevaron a cabo en Katyn y otros lugares de la URSS en abril y mayo de 1940.
El tiempo transcurrido es el argumento de Estrasburgo para declarar que no tiene competencia “para examinar unos hechos que ocurrieron antes de que Rusia ratificase la Convención Europea de Derechos Humanos”. Los jueces señalan que podrían estudiarse casos con una “genuina conexión” con dicha ratificación, pero que en todo caso no entran en su competencia hechos ocurridos antes de la existencia de la propia convención, que el Consejo de Europa adoptó el 4 de noviembre de 1950.
Moscú reconoció la masacre de Katyn en 1990. Hasta entonces, se había atribuido a las tropas nazis. En 2010 la Duma confirmó que Stalin ordenó las ejecuciones. Pero hasta ahora nadie ha sido nunca castigado.