Un club de condenas centenarias
Terroristas, asesinos y violadores múltiples podrían beneficiarse de la decisión del Tribunal de Estrasburgo
La etarra Inés del Río, con 24 asesinatos a sus espaldas, será la primera en obtener la libertad tras la decisión del Tribunal Europeo de Derechos Humanos de desactivar la doctrina Parot, una interpretación del Tribunal Supremo que permite aumentar el tiempo de estancia en prisión de determinados reos al limitar los beneficios penitenciarios que le corresponderían, y que afecta de forma mayoritaria a presos de ETA pero también a otros reclusos condenados por asesinatos y violaciones múltiples y otros delitos de especial gravedad. La propia Del Río, que en los años ochenta se labró una condena de 3.838 años de prisión con el comando Madrid, con el que se especializó en detonar coches bomba al paso de vehículos policiales, recurrió al Tribunal de Estrasburgo por la interpretación retroactiva que supone aplicar la doctrina Parot, que la obligaba a cumplir el tope de 30 años de cárcel que contemplaba antes el Código Penal. Con ese cálculo, le hubiera tocado quedarse entre rejas hasta junio de 2017, sin beneficiarse de la rebaja de un tercio de la pena a que le daba derecho la ley vigente cuando cometió los atentados.
Como Del Río, otros etarras que acumulan numerosos delitos de sangre y condenas de cuatro dígitos podrían verse beneficiados ahora de la anulación de la doctrina Parot. Entre ellos, el propio Henri Parot, jefe del comando itinerante de ETA y con 82 asesinatos a sus espaldas y una condena total de 4.799 años de cárcel. O Santiago Arrospide, San
ti Potros, jefe del aparato militar de ETA y condenado a 3.112 años de cárcel, entre otros delitos como inductor del atentado de Hipercor y que tiene previsto salir de prisión en el año 2030. También es el caso de Domingo Troitiño, condenado por el citado atentado a 1.118 años, por 22 asesinatos; de Juan José Zubieta, el etarra que ideó el atentado contra la casa-cuartel de Vic, en el que murieron once personas, entre ellas cinco niños, condenado a 1.851 años; José Antonio López Ruiz,
Kubati, el asesino de Yoyes, autor de 21 asesinatos y condenado a 1.210 años; o el histórico Juan Carlos Arruti Azpitarte, Paterra, condenado a 1.285 años por 24 asesinatos, la misma cifra que los años que lleva en prisión.
Otros etarras que se beneficiarían son Juan José Legorburu,
Txato, condenado a 746 años por diversos atentados y ocho asesinatos, o Juan Lorenzo Lasa Mitxelena, Txikierdi, con seis asesinatos y 374 años de condena.
La derogación de la doctrina Parot también podrá modificar la excarcelación de seis miembros de los Grapo, entre ellos Guillermo Vázquez Bautista, condenado a 257 años por seis asesinatos; uno de los GAL y una presa vinculada al independentismo gallego.
Sin embargo, la mayor alarma social la ha causado la previsión de que, junto a algunos de los etarras más sanguinarios, otros delincuentes con graves condenas puedan ir preparando su salida de prisión. Es el caso de Pablo Manuel García Ribado, condenado a 1.721 años de prisión por 74 violaciones entre 1990 y 1993, junto con Antonio Barroso; eran conocidos como los violadores del
portal porque agredían a las muje-