Los planes de Convergència
Desde que la manifestación del Onze de Setembre de hace dos años desbordó todas las previsiones de la política catalana, Convergència decidió que no volvería a quedarse por detrás de un movimiento social que considera mayoritario y al alza. Por ello, ha ido trazando planes para adaptarse a la ola independentista y para forzar un cambio radical en la relación entre Catalunya y España.
La prioridad era la consulta, pero conforme la negativa del Gobierno central a discutir siquiera de ello es más evidente, Convergència ha abandonado la idea de celebrarla sin el consentimiento expreso o tácito del Ejecutivo del PP. Se llegaron a barajar desde censos elaborados a partir de las tarjetas sanitarias hasta pedir ayuda a los ayuntamientos, pero todas esas opciones han ido decayendo. Ahora, aunque se discute sobre la pregunta y la fecha, pocos en CDC apostarían a que la consulta va a celebrarse, así que se buscan planes alternativos...
El siguiente paso en el guión es acudir con ERC a las elecciones europeas, para evitar que Convergència aparezca derrotada por primera vez por los republicanos. Después viene conseguir que Esquerra entre en el Govern y, por último, forjar una lista única para las autonómicas. Las previsiones, sin embargo, topan con dificultades y la candidatura única para las europeas ya está encontrando obstáculos.
Para reforzar el carácter plebiscitario de las autonómicas, dirigentes de Convergència barajan distintas posibilidades. Algunos imaginan una lista trufada de personalidades de la sociedad catalana reconocidas en sus respectivos ámbitos, desde deportistas hasta intelectuales, pasando por periodistas, cocineros... La presidenta de la Assemblea Nacional Catalana, Carme Forcadell, es uno de los nombres codiciados. Una vez constituido el Parlament, se lanzaría algo así como una proclamación independentista. El inconveniente es que habría que volver a convocar elecciones para formar una nueva Cámara legislativa integrada esta vez por políticos de la que surgiera un gobierno. También se discute la posibilidad de un programa de CDC y ERC con la independencia como único punto. Pero la vía más posibilista es, simplemente, incorporar un preámbulo al programa de ambos partidos que proclame su voluntad de trabajar por la independencia.
Son sólo ideas que discuten los dirigentes de Convergència, aunque no hay ninguna decisión, entre otras cosas porque aún queda una eternidad. O al menos la intención de Artur Mas es apurar al máximo el mandato. De todas formas, reflejan tres cosas:
Primero, que Convergència cuenta con ERC en todos los escenarios (lo cual la aleja cada vez más de Unió).
Segundo, que el partido no es lo que era y sus aspiraciones y métodos nada tienen que ver con el pujolismo, aunque el PP aún no se ha dado cuenta.
Y tres, que Convergència está dispuesta a jugar fuerte, convencida de que no hay marcha atrás posible.