Más oferta comercial ante el turismo
BARCELONA está satisfecha con haberse convertido en uno de los principales destinos turísticos de Europa. Una aplastante mayoría de ciudadanos, nueve de cada diez, evalúa muy positivamente la gran aportación al progreso económico y social que aportan los turistas. Las molestias e inconvenientes que pueden ocasionar los visitantes quedan relegados frente a los grandes beneficios que aportan. Incluso en Ciutat Vella, que es el distrito más invadido por los turistas, el balance global es favorable. Este es el resultado de la encuesta realizada por la empresa Feedback para La Vanguardia. No es de extrañar que eso sea así porque la buena evolución de este sector, gracias a los esfuerzos conjuntos llevados a cabo por la iniciativa privada y las autoridades municipales, permite capear el impacto de la dura y larga crisis que sufre el país.
Una mayoría de ciudadanos, asimismo, es partidaria de sacar mayor partido económico a los turistas que nos visitan mediante una mayor oferta comercial. En este sentido, el 51% de los barceloneses vería bien que las tiendas y establecimientos de las zonas turísticas pudieran abrir más domingos y festivos que en la actualidad. Esta es una opinión que las administraciones competentes en la materia, tanto la Generalitat como el Ayuntamiento, deberían tener muy en cuenta para no limitar el espíritu emprendedor de los barceloneses ni su afán por crear mayor riqueza y empleo. También ven bien los ciudadanos que los turistas sufraguen una parte del uso y disfrute que hacen de la ciudad y, en este sentido, dan un aprobado general a la tasa turística implantada este año en Catalunya.
Pese al rotundo apoyo al turismo, también hay que tomar nota de que una parte significativa de los vecinos, especialmente de Ciutat Vella y de Gràcia, creen que habría que buscar un mayor equilibrio para que la presencia masiva de visitantes no suponga problemas a la vida cotidiana de los habitantes de la ciudad.
La satisfacción general de los barceloneses por su ciudad que se desprende de la citada encuesta corre el riesgo de provocar un exceso de autocomplacencia. Nada sería peor que eso, porque podría comportar la paralización del espíritu de mejora y progreso constante que tiene la capital catalana. Autoridades municipales, representantes políticos y ciudadanos en general tienen la obligación de no bajar la guardia en el empeño de hacer una Barcelona cada día mejor. Sin embargo, la autoestima siempre ha sido un aliciente para la superación y así esperamos que continúe siéndolo para Barcelona.