Guerra total al caracol manzana
El Govern, sin dinero de Europa ni Madrid, secará o inundará con agua de mar la mitad de todos los arrozales del delta del Ebro
El avance sin freno de la plaga del caracol manzana, peligrosa especie invasora detectada en el delta del Ebro en verano del 2009, ha obligado al fin a la Generalitat a poner en marcha de forma inminente un “plan de lucha” sin precedentes con el objetivo de “contener” la colonización de este voraz y prolífico molusco. Si no se actuase ahora, el próximo año podría perderse la mitad de la producción de arroz de la margen izquierda, donde la colonización no ha conocido fronteras, según advierte Unió de Pagesos. A medio plazo el cultivo del arroz dejaría de ser viable y la plaga pondría en jaque la biodiversidad de todo el humedal.
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La guerra contra esta especie ( Pomacea insularum), incluida en la lista de las 100 especies invasoras más perjudiciales del planeta, ha obligado a la Generalitat a aprobar un conjunto de actuaciones con un coste anual de 600.000 euros a pesar de no haber encontrado el apoyo del Ministerio de Agricultura ni de Bruselas. Coincidiendo con el final de la campaña de la cosecha del arroz, se secarán 7.000 hectáreas de campos y se inundarán otras 2.500 con agua del mar, la totalidad de arrozales de la margen izquierda del delta del Ebro.
Con el secado de los campos se espera lograr una mortalidad del 80% de los ejemplares, en función eso sí de las condiciones meteorológicas, y con el agua salada la cifra se eleva al 100%, según datos del Departament d’Agricultura. La Generalitat ha tenido que pedir una autorización especial a la Unión Europea, por tratarse de una zona de especial valor ambiental; en algunos de los puntos no se podrá bombear agua salada precisamente para proteger determinadas especies.
La UE ha denegado además el proyecto Live solicitado por la Generalitat para llevar a cabo en los próximos tres años una actua- ción de gran calado con el objetivo además de investigar cómo erradicar una especie invasora que nunca antes se había establecido en Europa. El proyecto, con una inversión prevista de 4 millones de euros, tendrá que esperar. La Generalitat, que piensa solicitar el año próximo de nuevo la ayuda a Bruselas, espera también que se implique de una vez el Gobierno central. “La plaga podría expandirse por toda la península Ibérica y por Europa”, advierte Jordi Sala, director general de Desarrollo Rural del Departament d’Agricultura.
Ante este panorama, el Govern deberá buscar de sus propios recursos los 600.000 euros que costará desplegar el plan sólo hasta la próxima primavera; por ahora, está garantizada solamente una parte del presupuesto. La actuación, si se muestra eficaz, se deberá repetir al menos durante los próximos dos o tres inviernos, según adelanta Sala. El único acuerdo que ha logrado hasta ahora la Generalitat es con la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE), que se ha comprometido a involucrarse con una partida presupuestaria en tareas de control del caracol manzana en el río Ebro, donde el molusco se reproduce también de forma masiva. Las vías de diálogo con Madrid, no obstante, siguen abiertas.
No se trata de una operación sencilla. Para inundar los campos con agua salada se deberá bombear el agua para hacerla remontar utilizando en buena medida las instalaciones existentes de las comunidades de regantes. La Generalitat destaca que al fin se ha logrado implicar a todo el territorio. Uno de los grandes objetivos es el de lograr que la margen derecha del delta del Ebro, donde se han detectado algunos focos puntuales, no sea también colonizado. Para conseguirlo incluso se creará una “zona de seguridad” de unas 200 hectáreas, inundando además determinados puntos con agua salada.
La guerra contra el caracol, sin el apoyo por ahora de las administraciones estatales ni europeas, confía en frenar el avance de la especie invasora, pero aún es pronto para valorar si se podrá erradicar. La Generalitat advierte que exigirá el cumplimiento del plan por parte de todos los ac-
tores implicados, con vigilancia de los Agentes Rurales, los Mossos d’Esquadra y también del Seprona de la Guardia Civil. Serán de obligado cumplimiento todas las medidas adoptadas; si alguno de los productores incumple lo aprobado en el plan podrá ser sancionado, como ha sucedido ya en algunos casos en los últimos años. En el 2011 y el 2012 ya se secaron parte de los arrozales.
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sen de la extrema peligrosidad del caracol manzana y su enorme potencial invasor, poco después de certificar su presencia estable en el delta del Ebro. Para los payeses, que llevan años denunciando su proliferación, la actuación está bien diseñada pero llega tarde. La Generalitat alega que nunca antes en una zona mediterránea se había expandido esta plaga, de la que se desconocía la peligrosidad porque no había precedentes. “Se podría haber actuado antes, pero entonces no sabíamos cómo, no teníamos el conocimiento de ahora”, dice Sala.