Salud a cucharadas
Su aporte de calcio y bacterias beneficiosas y su fácil digestibilidad convierte los yogures en una fuente de propiedades
Cuenta la Historia que, en el siglo XVI, el rey Francisco I de Francia hizo venir a su Corte a un médico de Constantinopla para tratarle su diarrea persistente. El doctor le recetó algo que las tribus nómadas de Oriente incluían en su dieta habitual probablemente desde épocas prehistóricas: yogur. La rápida recuperación del monarca propagó la popularidad de este lácteo por toda Europa, y más desde que a principios del
ALIMENTO “El yogur no es un medicamento: es un alimento con virtudes para la salud” MEDICAMENTO En Europa Occidental los primeros yogures se comercializaban en las farmacias
siglo XX un biólogo del Instituto Pasteur de Paris identificase sus propiedades beneficiosas para la salud.
De hecho, en Europa Occidental los primeros yogures comenzaron comercializándose en farmacias. “Pero el yogur no es un medicamento: es un alimento más, con virtudes para la salud”, aclara el doctor Jordi Salas, catedrático de Nutrición y Bromatología de la Universitat Rovira i Virgili y presidente de la Federación Española de Sociedades de Nutrición, Alimentación y Dietética (Fesnad).
Esta entidad publicó hace unos meses un exhaustivo informe sobre las propiedades del yogur y otras leches fermentadas para la salud en general y algunos trastornos en particular (ver la información contenida en el recuadro superior). “El yogur tiene una gran cantidad de nutrientes en comparación con su bajo aporte calórico –destaca el doctor Salas–. Además, reduce la incidencia y duración de las infecciones gastrointestinales infantiles, aminora las diarreas derivadas del consumo de antibióticos y aporta proteínas de alta calidad y fácil digestibilidad”.
INTOLERANCIA
Esta última característica es muy importante dado que, con la edad, las personas van perdiendo parte de las enzimas digestivas que habitan en el intestino desde que nacemos y que ayudan a tolerar el azúcar de la leche: la lactosa. La Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) estima que el 34% de los españoles sufre intolerancia a la lactosa.
“Tomar productos fermentados como los yogures ayuda a estas personas a mantener niveles adecuados de calcio”, destaca el doctor Francisco Guarner, espe- cialista en aparato digestivo del Hospital Vall d’Hebron. El calcio es necesario para el mantenimiento de los huesos en condiciones normales. El aporte de calcio es probablemente la función más conocida del yogur: la Fesnad recomienda consumir cada día entre dos y cuatro raciones diarias de lácteos según la edad y situación de la persona, y, tal y como destaca el doctor Jordi Salas, “incluir yogures y leches fermentadas en la dieta permite hacerla más variada sin descuidar la dosis diaria necesaria de calcio”.
Por otro lado, los yogures aportan al organismo bacterias que forman parte de nuestra flora
APORTE DE CALCIO La Fesnad aconseja consumir cada día entre dos y cuatro raciones de lácteos BACTERIAS Los yogures aportan nuevas bacterias y restablecen el equilibrio intestinal
intestinal desde el nacimiento, pero que pueden haberse visto mermadas con los años generando diversos problemas de salud.
NUEVAS BACTERIAS
“Nuestro intestino está recubierto de bacterias –recuerda el doctor Guarner–. Cuando ese equilibrio se altera pueden surgir alteraciones como las alergias o la celiaquía, que han aumentado mucho en las últimas décadas”. Es la llamada “hipótesis de la higiene”, que sostiene que ciertos cambios como un exceso de limpieza podría haber destruido parte de las bacterias beneficiosas que habitan nuestro cuerpo. Las leches fermentadas como los yogures aportan nuevos habitantes para devolver este equilibrio, algo muy útil por ejemplo tras el consumo de antibióticos.