Egipto castigará con prisión asistir a manifestaciones islamistas
El Gobierno declara a los Hermanos Musulmanes “organización terrorista”
Egipto intensificó ayer la represión contra los Hermanos Musulmanes y detuvo a unos 70 de sus miembros o simpatizantes. El portavoz del Ministerio del Interior advirtió en la televisión pública que cualquier persona que participe en manifestaciones de la cofradía o que sea descubierta en posesión de propaganda islamista será castigada con cinco años de cárcel. Los líderes de la cofradía, añadió, pueden ser condenados a muerte.
Los días de bombas, sangre y represión han vuelto a Egipto, como en los años 90. Un atentado hirió a cinco personas en El Cairo, un día después de que las autoridades declararan “organización terrorista” a la cofradía de los Hermanos Musulmanes del expresidente Mohamed Morsi, derrocado por el ejército en julio.
El general Sisi, jefe de las fuerzas armadas y líder de facto del país, prometió que hará desaparecer “de la faz de la Tierra” a los terroristas y devolverá la estabilidad a Egipto. “No dejéis que estos crueles actos terroristas os afecten”, declaró durante una ceremonia militar en El Cairo tras el atentado matutino.
La bomba, colocada en la calle, alcanzó un autobús público en el barrio de Ciudad Naser, en el norte de la capital, e hirió a cinco pasajeros. Es el primer atentado desde el golpe cuyas víctimas son exclusivamente civiles, aunque es posible que ese no fuera el plan y la bomba estallara antes de lo previsto. Cerca del lugar de la explosión está la sede de la Seguridad Nacional, una comisaría y la Universidad de Al Azhar.
La policía dijo haber desactivado un segundo artefacto, que supuestamente debía explotar cuando las fuerzas de seguridad llegaran para atender a los heri- dos. Según el Ministerio del Interior, iba a ser detonado a distancia y “tenía como objetivo aterrorizar a la gente antes del referéndum” constitucional del 14 y 15 de enero. Mientras las autoridades han pedido a los egipcios que se vuelquen en las urnas, los islamistas llaman al boicot.
Egipto se hunde en una espiral de violencia. La represión contra los seguidores de Morsi suma más de mil muertos, las cárceles están llenas de islamistas y los grupos radicales han respondido con una creciente campaña de atentados que ya han dejado 350 soldados y policías muertos.
El martes, un ataque suicida en el Delta del Nilo contra una co-
Sisi promete que hará “desaparecer de la faz de la Tierra” a los terroristas tras un atentado en El Cairo
misaría de policía mató a 16 personas, la mayoría agentes. Aunque fue reivindicado por el grupo yihadista Ansar Beit al Maqdis (Campeones de Jerusalén) y los Hermanos Musulmanes lo condenaron “firmemente”, el Gobierno acusó a la cofradía islamista de estar detrás del atentado.
Al ser declarada “grupo terrorista”, los cientos de miles de miembros de la Hermandad quedan bajo la ley terrorista de 1992, promulgada por el régimen de Mubarak en plena lucha contra el yihadismo. El portavoz del Ministerio del Interior, Hani Abdel Latif, afirmó que la ley antiterrorista contempla la pena de muerte para los líderes islamistas y la cárcel para quienes financien o defiendan al grupo “verbalmente o por escrito”. Así, el diario de la cofradía, Libertad y Justicia, queda definitivamente prohibido, así como el partido homónimo con el que los Hermanos Musulmanes ganaron todas las elecciones celebradas en Egipto desde la caída de Mubarak en el 2011.
Algunas cadenas de televisión difunden un número de teléfono al que los ciudadanos pueden llamar para denunciar a los “miembros de la cofradía terrorista”.