50 AÑOS del Salón de la Infancia
La primera edición del Festival de la Infancia se celebró en el año 1963, al poco ya se convirtió en un clásico de las Navidades
Es difícil cuantificar el número de personas que han pasado por el Festival de la Infancia desde que se creó en el 1963, el mismo año en el que se instaló el teléfono rojo –que realmente era negro– entre la Casa Blanca y el Kremlin; en el que asesinaron a J. F. Kennedy o en el que Martin Luther King decía al mundo que tenía un sueño. La edición de este año está cargada de recuerdos: Será la de su 50 aniversario, la del medio siglo de un salón que forma parte de la memoria colectiva de una ciudad. Habrá más actividades, incluso una granja en pleno Montjuïc. Y más música, conciertos de Gossos, Els Catarres o Andreu Rifé. Y seguirá presente uno de sus pilares: la solidaridad. Se recogerán alimentos y juguetes para los más pequeños.
El festival, que este año se celebra desde mañana hasta el próximo 4 de enero, arrancó hace medio siglo vinculado a la campaña benéfica de Radio Nacional de España en Catalunya del locutor Joan Viñas y el actor Emilio Fábregas en su papel de señor Dalmau. Los dos protagonizaban entonces un populoso programa que tenía como objetivo recoger dinero para los niños y niñas de los hospitales y los más desfavorecidos del área metropolitana. El festival fue un paso más que llevaron a cabo con el apoyo del Ayuntamiento de Barcelona de José María de Porcioles y del entonces poderoso Ministerio de Información y Turismo.
Aquella primera edición contó con cabalgata incluida que recorría la ciudad y con actuaciones de diversos artistas que fueron trasladados en helicópteros hasta la propia plaza Catalunya. Lo visitaron 200.000 personas, pero lo más importante es que, sin preverlo, al tener continuidad, se convirtió en lo que es: una cita obligada de las navidades metropolitanas. El festival se ha convertido en un referente navideño para tres o, incluso, cuatro generaciones. Sus primeros visitantes ya son sexagenarios, o se acercan, o han superado esa edad.
Desde entonces el festival se
El primer festival tenía como objetivo recoger dinero para los niños y niñas de los hospitales
ha ido adaptando a cada época. En el año 1971 fue visitado por el astronauta del Apolo VII Walter Cunningham; ahora se suelen acercar deportistas de élite. Y si en 1976 estrenó una de las primeras discotecas infantiles, desde hace cinco años cuenta con un extenso cartel musical que en la edición de este año se concentrará del 1 al 3 de enero con presencia de Gossos, Quart Primera, Els Catarres, Candela y los Supremos, Andreu Rifé y Joan Dausà.
El concepto benéfico ha evolucionado al solidario. Este año se recogerán juguetes, también alimentos, especialmente leches de continuación, cereales para papilla y potitos de fruta y verdura para los más pequeños. Los alimentos infantiles siempre faltan en los bancos de alimentos.
Desde hoy, el certamen solidario recogerá juguetes y alimentos para los más pequeños
En relación a la oferta de actividades, será variada: desde canchas deportivas de todo tipo a recorridos de aventura o pistas de hielo, pasando por circuitos para bicicletas y otros vehículos. Un total de 43.000 metros cuadrados, en los que este año destaca una granja, se suma a la tradicional oferta de talleres de alimentación que desde hace varias ediciones se llevan a cabo para fomentar el consumo de una dieta sana y equilibrada. Además, desde hoy hasta el domingo 29 de diciembre se celebrará dentro del certamen un festival destinado a las mascotas, a las más tradicionales y también a las exóticas.
El salón, que tendrá un horario continuado de las 11 a las 20 horas, será inaugurado hoy por el presidente de la Generalitat, Artur Mas, junto con su mujer Helena Rakosnik, que ejerce de presidenta del Comité Organizador, y por el alcalde de Barcelona, Xavier Trias. El precio de la entrada media sin descuento es de 10 euros. La entrada es gratuita para los menores de tres años. Quien acuda con alimentos será obsequiado con una invitación. Durante la inauguración se celebrará un pasacalles con una colla de gigantes y cabezudos que acompañará a las autoridades al son de la música de La Roda.