Bull y bisbes (1)
Los bulls y bisbes forman parte de la gran familia de las butifarras cocidas. Su nombre se explica por el hecho que algunos de sus componentes pueden ser carnes que cuestan mucho de cocer, como la lengua o el morro, haciéndolos hervir a fuego fuerte hasta el primer hervor. Así, el bull genérico, está elaborado con carnes y grasa, aliñados con sal y pimienta y embutidos en un intestino grueso.
Los hay blancos y negros, con características y sabores diferentes atendiendo a la personalidad de los que lo elaboran y del lugar donde se producen. El bull blanco, también llamado bisbe blanc, bisbot, bisbessa, peltruc, bufa o butifarra blanca gruesa, está preparado con las partes del cerdo utilizadas para hacer las butifarras cocidas a las que se añade carne del cuello. Se amasan todos los ingredientes hasta que quede una mezcla homogénea y se embute y se cuece en la caldera. A continuación se deja secar en un lugar fresco y ventilado. El bull es más estirado y el bisbe más esférico. Se come todavía tierno, con el punto de temperatura adecuada (12º-16º) y acompañado de ensaladas, cpan con tomate, o con otros embutidos. También es interesante combinarlo con, esqueixada de bacalao, frutos secos o algún tipo de quesos de leche de cabra y curación media. Son buenos acompañantes de todo tipo de vinos, especialmente los blancos del Empordà y Priorat y los rosados del Penedès, Conca de Barberà y Bages.