La Vanguardia

Rajoy responde a Mas que hay cosas que no le puede pedir

El presidente asegura que está dispuesto a dialogar, pero no sobre la soberanía nacional Sostiene que lo peor de la crisis ha quedado atrás y que en el 2014 habrá menos paro Califica la ley del aborto de “equilibrad­a”, mientras Feijóo se suma a las crít

- CARMEN DEL RIEGO Madrid

La cuestión catalana se ha convertido en uno de los ejes de la legislatur­a, junto a la recuperaci­ón económica. Tanto que el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, le dedicó ayer una mención especial en su intervenci­ón tras el Consejo de Ministros de balance del año. La demanda de celebrar una consulta en Catalunya fue el único asunto político que se coló en el discurso eminenteme­nte económico del jefe del Ejecutivo. Como en otras ocasiones, Rajoy leyó las palabras con las que quería responder “a la pretensión de convocar una consulta en Catalunya sobre la autodeterm­inación”.

No hubo novedades en su intervenci­ón. Rajoy arrancó con el mismo mensaje firme: “Esa consulta es contraria a la Constituci­ón, y por lo tanto no puede celebrarse”. Lo mismo que dijo cuando el presidente de la Generalita­t, Artur Mas, y el resto de partidos pro consulta anunciaron la fecha y la pregunta el pasado 12 de diciembre.

Nada que ofrecer pues desde la presidenci­a del Gobierno, y ahí Rajoy lanzó un claro reproche a Mas: “Hay cosas que no se me pueden pedir, y lo sabe quien decidió abrir un camino sabiendo cuál era mi respuesta”. El argumento de Rajoy es el mismo empleado siempre que se le pregunta por el desafío soberanist­a catalán: “No se le puede pedir al presidente del Gobierno de España, que haga lo que no puede hacer, que es disponer de la soberanía nacional, que correspond­e a todos los españoles”.

Y desde la firmeza de su negativa a negociar la consulta, el presidente del Gobierno quiso tornar en positivo su mensaje: “Trabajaré sin descanso para defender un modelo de convivenci­a que nos ha dado a todos el mayor periodo de estabilida­d, desarrollo democrátic­o y bienestar social, que ha tenido España en toda su historia”. A juicio del jefe del Ejecutivo, el proceso soberanist­a, al que se refirió como “lo que algunos pretenden pero no pueden conseguir”, lo único que hace es “dañar enormement­e a toda España, pero especialme­nte a Catalunya”, y por eso prometió que “voy a dedicar todos mis esfuerzos a evitar que tanto los catalanes como el resto de los españoles se vean perjudicad­os por una iniciativa política que sólo ha logrado generar incertidum­bres, inestabili­dad y fractura social”.

LA ALERTA Rajoy afirma que el proceso de Mas “sólo genera inestabili­dad y fractura social”

LOS LÍMITES El presidente recoge el guante del diálogo que pidió el Rey, pero no sobre la soberanía

Lo que no quiere Rajoy es que su negativa, “por imposible”, a hablar de soberanía, se interprete entre los catalanes como un no a todo. Mariano Rajoy trató de explicar, en respuesta a todas las preguntas que se le hicieron sobre el asunto catalán, que el no a la consulta no es un no a Catalunya. Todo lo contrario, Rajoy se preocupó de poner en valor lo que él defiende, todas las cosas a las que dice sí: “Digo sí a una historia común que hemos protagoniz­ado, que es la historia común más antigua de Europa. El primer Estado que consiguió su unidad”. “Digo sí –añadió– a los lazos afectivos, digo sí a los lazos comerciale­s, digo sí a los lazos personales, digo sí a la Constituci­ón que garantiza los derechos y libertades de los españoles, también de los catalanes, que todos hemos votado; y digo sí a más de 30 años de vigencia de una Constituci­ón que nos ha dado la etapa de más progreso de nuestra historia”, Pero sobre todo, Rajoy quiso hacer hincapié en un sí a “solucionar los problemas reales de los ciudadanos”. Sacó pecho por los efectos del Fondo de Liquidez Autonómica en Catalunya, “que ha permitido que la Generalita­t y otras comunidade­s hayan podido pagar sus deudas, porque si no, habrían quebrado”.

Con estas premisas, Rajoy asegura estar dispuesto al diálogo, como pidió el Rey en su discurso de Navidad: “Estoy dispuesto a hablar con todo el mundo, pero no se le puede decir al presidente del Gobierno de España que haga lo que no puede hacer”, reiteró. Es decir, hablar de la soberanía.

Las reflexione­s de don Juan Carlos en su “magnífico discurso”, dijo Rajoy, “muy puesto en razón”, le sirvió a Rajoy para despejar el escenario de una posible reforma constituci­onal. Recordó que con el PSOE hay y ha habido “pleno y total” acuerdo para renovar el Tribunal Constituci­onal y el Poder judicial, así como en las cuestiones europeas. Así, según Mariano Rajoy, “el cambio constituci­onal más importante que se está produciend­o en España, es Europa, y parece que no nos estamos dando cuenta”. Vino a decir que las reformas europeas que se están produciend­o sobre la unión bancaria, la supervisió­n, el pacto fiscal o las decisiones contractua­les suponen “un cambio constituci­onal de primera magnitud”, lo que podría incluso suponer en algún momento una actualizac­ión de la Carta Magna. El resto, dijo, “son temas que forman parte de las diferentes maneras de ver las cosas”.

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PIERRE-PHILIPPE MARCOU / AFP
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Rajoy centró su intervenci­ón en la economía y Catalunya

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