Pussy Riot, de la música a la defensa de los presos
Las rockeras amnistiadas dejan la música por la lucha cívica, pero su enemigo sigue siendo Putin
Que siga el espectáculo. Las dos integrantes del grupo de punk-rock Pussy Riot excarceladas esta semana no están dispuestas a que las bajen del escenario así como así. Viniendo del mundo de la música, saben que es muy fácil perder a los fans y muy difícil recuperarlos, así que ayer volvieron a recordar el estribillo de sus reivindicaciones políticas, el mismo que les costó una condena a dos años de prisión por gamberrismo: que se vaya el presidente de Rusia, Vladímir Putin.
María Aliójina (de 25 años) y Nadezhda Tolokónnikova (24) prometieron seguir desafiando a las autoridades de Rusia y aseguraron que siguen soñando con expulsar del poder al presidente. “Todavía nos gustaría hacer aquello por lo que nos encarcelaron. Todavía nos gustaría echarle”, dijo Tolokónnikova.
Ayer dieron su primera rueda de prensa tras beneficiarse de la amnistía que la semana pasada aprobó la Duma para conmemorar el 20 aniversario de la Constitución. En ella siguieron tocando la misma canción que en febrero de 2012 atrajo la atención mundial, cuando entraron en la cate- dral de Cristo Salvador de Moscú y escenificaron una “oración punk” contra Putin y contra el patriarca Kiril, cabeza de la iglesia ortodoxa rusa. Su actuación duró sólo 40 segundos. Pero se grabó y saltó a internet cuando apenas faltaban dos semanas para las elecciones presidenciales que iba a ganar Putin y que le sirvieron para volver al Kremlin. Cuando días después fueron arrestadas, la “oración punk” se convirtió en un escándalo mundial.
En agosto un tribunal las condenó por “gamberrismo motivado por odio religioso” y las sentenció a dos años de prisión. Ellas sostienen que su reivindicación era política, no religiosa.
El tiempo ha pasado, sin embargo, y las dos jóvenes quieren seguir avanzando en su lucha. “No vamos a dar conciertos”, dijo Aliójina. En el encuentro con los periodistas, anunciaron la creación de la organización Zona de Derecho para defender los derechos de los presos rusos.
“Ahora somos personas dife- rentes. Vivimos una impactante experiencia en prisión, que nos une más de lo que nos unió la oración de la catedral de Cristo Salvador”, apuntó Tolokónnikova. Su objetivo es transformar un sistema de prisiones ruso que a menudo es criticado como inhumano. “Hay personas en las colonias penales que están al borde de la muerte”, señaló Aliójina.
“Asistir a los Juegos de invierno de Sochi es apoyar el sistema político de Rusia”, denuncian
Confesaron sin embargo que carecen de dinero para llevar a cabo su proyecto, aunque confían que el impacto de su caso salve este importante obstáculo.
Para las dos Pussy Riot, su excarcelación así como el indulto al ex oligarca del petróleo Mijaíl Jodorkovski responden a una campaña de imagen del Kremlin en vísperas de los Juegos Olímpicos de invierno, que comenzarán en Sochi el 7 de febrero. Tolokónnikova dijo que ir a los Juegos es apoyar a Putin. “Guste o no, asistir a los Juegos de invierno en Rusia es aceptar la situación interna política de Rusia”, señaló.