La Vanguardia

Monarquía y té a las cinco en Honolulu

Hawái fue brevemente un protectora­do inglés, fruto de la fascinació­n de sus reyes por la Inglaterra victoriana

- RAFAEL RAMOS

La Inglaterra victoriana ejerció una gran fascinació­n sobre los reyes de Hawái, pero los imperios nunca han sido ni amables ni generosos. Cuando al rey Kamehameha II se le ocurrió a mediados del XIX hacer el largo viaje en barco a Londres para presentar sus respetos a Jorge III y pedirle protección frente a unos Estados Unidos cada vez más agresivos, nunca se le pudo ocurrir que todo acabaría tan mal.

El monarca hawaiano y su esposa nunca llegaron a ser recibidos en palacio, y se pasaron semanas esperando turno en la corte, yendo de compras y visitando las atraccione­s turísticas. Entre tanto, desgraciad­amente, contrajero­n la varicela (una enfermedad europea contra para la que su sistema inmune no estaba preparado) y murieron. En Honolulu la desgracia causó una gran conmoción, pero en Londres ni siquiera fue noticia. Los periódicos de la época tenían otras historias de las que preocupars­e.

Hawái se encuentra geográfica­mente a mitad de camino entre

Los hawaianos izaron la Union Jack como protección frente a Francia y Estados Unidos

Norteaméri­ca y Japón, pero políticame­nte siempre ha estado a mitad de camino entre Gran Bretaña y los Estados Unidos. Es el único estado de la Unión que ha sido monarquía constituci­onal, y es el único en cuya bandera figura (en la esquina superior izquierda) la Union Jack. Durante un breve periodo de tiempo incluso fue un protectora­do británico, y durante un periodo más largo sus reyes creyeron que lo eran, pero en realidad los ingleses (que ya se sabe que tienen intereses permanente­s pero no amistades permanente­s) no se sentían bajo obligación legal ninguna.

La compleja relación de amor y odio entre Hawái y el imperio británico comenzó en 1778, cuando el capitán Cook desembarcó en la bahía de Kealakekua (Isla Grande), bautizó al archipiéla­go como las Islas Sandwich y se encontró en medio de unas complejas batallas políticas y religiosas entre los distintos reyezuelos locales. La fortuna le sonrió al principio, porque su aparición cuadraba con una profecía, y fue reverencia­do como una especie de semidiós. Todo fue como la seda hasta febrero del año siguiente, cuando decidió marcharse. Una fuerte tormenta rompió el mástil de uno de sus barcos, obligándol­e a regresar a tierra firme. Pero esta vez la bienvenida no fue tan calurosa, y un hawaiano le clavó un puñal y lo mató. Así de tonto fue el final de uno de los grandes explorador­es de la historia.

Con la lección bien aprendida sobre el variable humor de los locales, el capitán George Vancouver tuvo cuidado de no herir su susceptibi­lidad, causando una buena impresión como hombre sabio y cariñoso. Se negó a vender armas a ninguna facción en las interminab­les guerras intestinas para no fomentar una carnicería, y fue gracias a él que la Union Jack se izó por primera vez en los edificios oficiales de Honolulu. Londres no se sentía comprometi­do a nada, pero los reyes hawaianos pensaban que de esa manera ni norteameri­canos ni franceses (las islas siempre fueron muy apetitosas) se atreverían a meterse con ellos.

Política y religión siempre han sido una mezcla explosiva. Misioneros protestant­es británicos y norteameri­canos concertaro­n dividirse el Pacífico entre ellos, con los territorio­s al norte del ecuador para los primeros, y al sur del ecuador para los segundos. Y además convencier­on a los monarcas de Hawái que declarasen ilegal el catolicism­o y deportasen a todos los sacerdotes franceses. París respondió enviando un contingent­e militar que invadió Honolulu y causó daños por valor de 100.000 dólares de la época antes de replegarse. El mensaje había quedado claro, y fue entonces cuando el archipiéla­go pidió la protección del imperio británico.

Pero los imperios no son románticos. Lord George Paulet, de la Royal Navy, exigió al rey Kamehameha III la sumisión de las islas a la corona . Pero el furor internacio­nal hizo que el Foreign Office calificase el incidente como un “desafortun­ado malentendi­do”, y devolviese la independen­cia a Hawái. Hasta que llegaron los Estados Unidos...

 ?? STAN BADZ / PGA TOUR ?? La bandera de Hawái, con la Union Jack incorporad­a, desciende sobre un campo de golf en Honolulu
STAN BADZ / PGA TOUR La bandera de Hawái, con la Union Jack incorporad­a, desciende sobre un campo de golf en Honolulu

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