Un monumento con una estrella Michelin
El próximo 30 de enero, una centena de golosos disfrutará, previa reserva y por 275 y/o 550 ¤ (con bebidas) de la cena que celebra los 30 años del restaurante Jules Verne, el gastronómico de la torre, en presencia de Alain Ducasse (es uno de sus más de 20 restaurantes en el mundo) y de Christophe Navarre, presidente de Moët Hennessy, que aporta el líquido.
Platos bautizados con nombres de obras de Julio Verne ( 20.000 leguas de viaje submarino para la royale de erizo; Cinco semanas en globo para el ave en oronda vejiga, especialidad del joven Ducasse cuando cocinaba con sus manos), regados por dos Dom Pérignon Enoteca, Y (confidencial blanco de Yquem), Cheval Blanc (gran vino de Burdeos), licoroso Château d’Yquem 1996 y coñac Hennessy Paradis.
Ese Jules Verne –ascensor pri- vado en la columna sur– en el que reinó el señor Castillo, eficaz director español que proporcionó al restaurador Gabino Sotelino la misma mesa durante cuatro servicios para que su cadena de restaurantes norteamericanos instalara réplica de torre y restaurante en Las Vegas, posee hoy, gracias a Ducasse, una estrella Michelin y precios acordes con sus 125 metros de altura. Más modestos, la brasserie 58 (a partir de 20 ¤ y un “menú efímero de invierno” a partir de 38 ¤) y los bufets del primer piso, descienden vistas y precios. Más esnob: el bar à champagne del tercer piso (12 ¤ la copa más barata). Y para celebraciones, el salón Gustave Eiffel, renovado este año.
No es la única novedad: los más de siete millones de visitantes aprovechan ya los 4.400 m2 del “espacio lúdico e interacti- vo”, a 57 metros de altura, con su guía multimedias (7 ¤ por una hora, en castellano) que permite conocer los 120 años de historia de la torre y descubrir París a 360º. La historia la cuentan también carteles y filmes. Y hasta “300 declinaciones de la Tour”.
Por supuesto, hay tienda íntegramente dedicada a los souvenirs. Si www.facebook.com/tour eiffel sobrepasó ya el millón de seguidores, los 5.165.000 de vistas a www.tour-eiffel.fr , sitio totalmente renovado dos años atrás, se tradujeron en un largo millón de reservas virtuales. Abierta de 9.30 h a 23.45 (una hora más tarde en verano), la dama de hierro, como la bautizaron los parisinos, exige nueve o 15 ¤ según se coja el ascensor al segundo o al tercer piso. Avaros y/o escaladores pueden optar por la escalera (5 ¤ hasta el segundo piso) pero –el que avisa no es traidor– pisarán un millar de escalones.
En fin, si se trata de su primera visita, no se crea pionero: le han precedido más de 250 millones de visitantes. Y el 75%, extranjeros. / O.C.