La Vanguardia

Cowboys entre las palmeras

Los vaqueros de Hawái se llaman ‘paniolos’ y son más antiguos que los del Oeste norteameri­cano

- RAFAEL RAMOS

a anglófila monarquía constituci­onal hawaiana fue depuesta en un golpe de Estado norteameri­cano. Pero no organizado por el gobierno ni ejecutado por el ejército, sino llevado a cabo por misioneros, hombres de negocios y los terratenie­ntes dueños de las plantacion­es de piña y azúcar. Un putsch religioso-mercantil.

Como la reina Liliuokala­ni amenazaba con imponerles tarifas, los golpistas constituye­ron un llamado comité de seguridad que depuso a la legítima monarca, la tuvo encerrada durante nueve meses en el palacio y declaró una República de Hawái controlada por blancos ultraconse­rvadores, dignos antecesore­s del Tea Party. El siglo XIX tocaba a su fin, y para Hawái, también la edad de la inocencia.

Con los nuevos amos llegaron nuevos inventos, nuevas costumbres y nuevas maneras de hacer las cosas. Llegó el american way of life. Pero no los vaqueros, aquí

Lllamados paniolos, que para entonces llevaban ya más de medio siglo domando caballos, manejando las reses y gestionand­o los ranchos. Texas no sabía lo que era un sombrero Stetson, un Colt 45, una vaca charolesa o una zarzaparri­lla (la bebida no alcohólica que en el Oeste daban a los adolescent­es en el saloon) cuando en Hawái ya había cowboys.

No hay que confundir a los panolis con los paniolos, aunque ambas palabras quieran decir espa-

Un vaquero hawaiano causó sensación en 1908 al ganar por sorpresa el rodeo de Cheyenne (Wyoming)

ñoles. A los primeros se dirigía el envejecido Generalísi­mo en su discurso de fin de año, farfulland­o y moviendo la mano arriba y abajo como un autómata, para ensalzar los valores eternos de la familia, el municipio y el sindicato. Los segundos son los vaqueros hawaianos, a quienes los nativos llamaron españoles (en su lengua no existe la s, y todas las palabras acaban en una vocal, de ahí paniolo), porque los originales llegaron de México y California.

Hawái, a pesar de los tópicos, es mucho más que las tablas de surf, los hippies, las palmeras y las piñas coladas en los hoteles de Waikiki. Tiene pistas de esquí, volcanes activos, playas de arena negra y el observator­io astronómic­o más importante del mundo (en lo alto del monte Mauna Kea, a 4.200 metros sobre el nivel del mar). También el rancho más grande, el rodeo más importante (4 de Julio en Maui) y los más antiguos y mejores vaqueros de Estados Unidos de América.

La historia de cómo llegaron es muy divertida. En 1798, el capitán George Vancouver, deseoso de ganarse amigos tras el asesinato del capitán Cook, regaló cinco reses al rey Kamehameha I, que nunca había visto animales semejantes. Como estaban débiles y enfermos tras el largo viaje por mar, su majestad decretó un kapu, que es una especie de fetua a la inversa, y prohibió que nadie les hiciese daño, y no digamos que se los comiera. Se convirtier­on en vacas sagradas.

Mimados hasta ese punto, las reses proliferar­on hasta convertirs­e en decenas de miles, que destruían las cosechas y los tejados de paja de las chozas, una auténtica plaga. Los nativos, desconoced­ores del arte de la soga, cavaban zanjas en el suelo para que se cayeran en ellas y se partieran la crisma. Un aventurero de Massachuse­tts llamado John Palmer Parker, tan avispado que se casó con la hija del rey, obtuvo permiso para contratar vaqueros mexicanos que pusieran un poco de orden, a cambio de un terreno de 8.000 metros cuadrados en Waimea, que con el tiempo creció hasta las 70.000 hectáreas actuales y es el más grande de toda Norteaméri­ca.

Los paniolos trajeron el castellano, las alforjas, la guitarra, las herraduras y su peculiar manera de vestir. En 1908, tres vaqueros fueron a competir a un rodeo en Cheyenne (Wyoming), donde nadie los tomó en serio. Mientras los demás practicaba­n, ellos observaban. Y cuando llegó su turno, uno quedó sexto, otro tercero, y Purdy ganó el concurso atando a dos toros en 56 segundos, ante 30.000 atónitos espectador­es. Tuvo 17 hijos, a quienes recomendó que se dedicaran a otro trabajo porque el de cowboy era demasiado duro y mal pagado, pero no le hicieron caso, y sus descendien­tes son hoy los propietari­os del rancho Ulupalakua de Maui. La población latina de Hawái ha aumentado un 38% desde el 2010, pero se dedica a otras cosas. Hoy los vaqueros no van a caballo sino en 4x4, y no lucen sombreros Stetson sino gorras de béisbol. Pero siguen siendo conocidos como los paniolos, los españoles.

 ?? JOE CARINI / GETTY ?? Dos paniolos hawaianos usan el lazo durante un rodeo celebrado en Waimea, en Big Island
JOE CARINI / GETTY Dos paniolos hawaianos usan el lazo durante un rodeo celebrado en Waimea, en Big Island

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain