Mejores perspectivas empresariales
ALGO está cambiando ya en la superficie de la economía española, más allá de las meras previsiones macroeconómicas. La mejora no llega todavía a la vida diaria de los ciudadanos de una manera perceptible, pero las empresas ya están tomando posiciones ante lo que efectivamente se vislumbra como el año del inicio de la recuperación, después de la severa recesión que ha castigado a España durante los últimos años. La encuesta que ha realizado el suplemento Dinero de La Vanguardia entre diversas asociaciones empresariales y profesionales es muy reveladora de este tímido cambio de tendencia que asoma en el inmediato horizonte.
De entrada, es muy positivo que las actuales preocupaciones de las empresas hayan pasado de cómo reestructurarse y ajustar sus plantillas a estudiar nuevas estrategias para posicionarse mejor de cara al futuro y conquistar más cuota de mercado, tanto en España como en el extranjero. Esta es la percepción que tiene, por ejemplo, la Associació Catalana d’Empreses Consultores y es un indicio de que el proceso de masiva destrucción de empleo que ha sufrido este país habría tocado a su fin. Así lo piensan también los directores de personal miembros de la Associació de Direcció de Recursos Humans y la propia Asociación de Agencias de Empleo. Pero no se detecta una gran euforia sino tan sólo un mero cambio de tendencia. Para poder crear empleo en cantidad y recuperar los puestos de trabajo perdidos hará falta tiempo para cambiar el modelo productivo, acertar en las políticas adecuadas y, además, esperar a que la construcción –que es el sector más intensivo en mano de obra– pueda algún día retomar su velocidad de crucero. Al respecto, sin em- bargo, la prioridad del momento es vender el enorme stock de viviendas que aún no tiene comprador, ya que la inversión pública se mantendrá bajo mínimos durante largos años a causa del ajuste presupuestario necesario para reducir el déficit público.
Otra señal de que las empresas confían en la recuperación que se inicia es que los directores de compras coinciden mayoritariamente en que en el 2014 adquirirán más productos a sus proveedores. Al menos esta fue la conclusión de la reciente reunión anual de una de las asociaciones más importantes de este colectivo.
Ante la debilidad del consumo interno, la gran esperanza está puesta un año más en la exportación, según coinciden en señalar el Consell de Cambres de Catalunya y la mayoría de las patronales, como Foment del Treball, Pimec, Cecot o FemCat.
Elemento crucial para que estas incipientes buenas perspectivas empresariales puedan desarrollar todo su potencial es que el crédito fluya en condiciones adecuadas, de una vez por todas, para financiar la actividad productiva. Ese parece ser uno de los principales objetivos para el 2014 del propio gobernador del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi.
La fluidez del crédito ayudaría también a reactivar el consumo interno y, de esta manera, a afianzar la recuperación y la creación de empleo. En este sentido es fundamental afrontar también la rebaja impositiva que piden las asociaciones empresariales y que esta semana ha anunciado el presidente del Gobierno.
Pese al cambio de perspectivas, el futuro económico inmediato es todavía muy frágil y las empresas lo contemplan aún con mucha cautela. De ahí la necesidad de que el BCE y el Gobierno hagan bien sus deberes.