Sepelio en el desierto del Negev, donde descansa la esposa
A las dos de la tarde de ayer (hora de Israel), Gilad, uno de los hijos de Ariel Sharon que en los últimos ocho años le acompañaban a diario en su estado de coma, salió de su habitación del hospital Tel Hashomer con lágrimas en los ojos y anunció: “Mi padre se acaba de ir. Lo ha hecho en el día de sabbat, exactamente cuando él lo ha decidido”.
La mayoría de los israelíes reci- bió la noticia con sentimientos contradictorios: luto por la desaparición de uno de los líderes que más determinaron la historia judía contemporánea, pero con un cierto alivio por el final de su sufrimiento. El director del hospital, Zeev Rothstein, recordó que hacía más de una semana que el estado de Sharon era crítico y que sus riñones ya no funcionaban. “Es la prueba –dijo– de la fortaleza de este hombre, que luchó hasta el último minuto por su vida hasta que su corazón finalmente se debilitó”.
El ex primer ministro se encontraba ingresado en una habitación sin número, custodiada por un guardaespaldas que no permitía la entrada de teléfonos móviles para evitar la filtración de imágenes. Sus hijos, Gilad y Omri, le ponían la música clásica e israelí que le gustaba, en especial de la época de la guerra de independencia de Israel, en la que luchó. La familia y los médicos afirman que nunca llegó a hablar, pero que su impresión era que entendía parte de lo que le ocurría y que sonreía a sus seres queridos.
El presidente israelí, Shimon Peres, expresó una de las primeras reacciones a la muerte del ex jefe de gobierno, a quien describió como un “valiente soldado” y un “estadista valeroso que se en- tregó en gran medida a la seguridad y a la fortificación del Estado hebreo”. “Amaba a su pueblo y su pueblo le amaba a él... Era uno de los principales arquitectos de Israel”, concluyó Peres. Por su par-
“Sharon fue un valiente soldado” y un “estadista valeroso”, resume el presidente Shimon Peres
te, el primer ministro israelí, Beniamin Netanyahu, subrayó que Sharon era “un gran guerrero”. El ex primer ministro Ehud Olmert, aliado de Sharon en la creación del partido de centro Kadima y quien le sucedió tras su hos- pitalización, afirmó que “Israel ha perdido a un gigante”. Otro de sus aliados, Haim Ramon, que abandonó el laborismo para unirse a Kadima, recordó a La Vanguardia una de las declaraciones más sorprendentes del histórico líder: “Sharon estaba reunido con el entonces primer ministro y líder del Likud, Yitzhak Shamir, y otros ministros. Era una época en que este era un tema tabú, pero Sharon espetó: “Algún día se creará un Estado palestino en parte de Judea y Samaria (Cisjordania)”.
Hoy, los restos mortales de Sharon serán expuestos en el Parlamento, y mañana se celebrará un funeral de Estado.El ex primer ministro será enterrado en su finca del desierto del Negev donde yace su esposa, Lily, fallecida en el 2000.