Y quería ser un soldado español
La peripecia de un ceutí, símbolo de los yihadistas españoles que combaten en Siria en las filas de Al Qaeda
La biografía de Mohamed Abdeluahid Sadik, español, musulmán, ceutí, de 28 años, detenido el pasado día 5 en el aeropuerto de Málaga tras participar en la yihad en Siria y militar en Al Qaeda en Siria (Jabat al Nusra) y en Al Qaeda en Iraq (Estado Islámico de Iraq y Siria, EIIS), es la de un humilde albañil que tuvo vocación castrense, pero que acabó tomando las armas en favor del Califato Universal.
Mohamed, en prisión incondicional desde el día 7 de enero, es el primer “retornado” español. Es decir, que puede lucir en su currículum ser el primer yihadista autóctono que después de sumarse a la guerra santa regresa a España para seguir en su lucha perfectamente entrenado en el campo de batalla. Y los “retornados” son los extremistas que más peligro entrañan, nos dicen los investigadores.
Abdeluahid quería ser soldado
SUPERSONALIDAD Los que lo conocen dicen que es persona influenciable, siempre en busca de arraigo VIAJE DE IDA Y VUELTA Es el primer islamista español “retornado” desde los campos de batalla de Siria
y no el albañil, a lo que le llevó la vida, de modo que antes de tomar la paleta y el cemento intentó conducir su destino enrolándose en el ejército español. Fracasó. Luego vino el ladrillo, la crisis, el paro y un refugio en la religión.
Dicen los que le conocen bien que Mohamed es persona influenciable, siempre en busca de un arraigo que finalmente encontraría en el extremismo islamista que planea sobre la barriada del Príncipe donde se crió y pasó sus primeros años y donde están todavía los amigos de toda la vida y otros nuevos con los que se rela- cionó hasta su marcha a Siria el 2 de mayo pasado.
Pero la residencia actual de este joven, el tercero de ocho hermanos, no estaba en su barrio de toda la vida, sino en la barriada del Recinto, otro popular enclave de la ciudad autónoma. Ahí está su piso donde vivía con su mujer y sus dos hijas a las que invariablemente recogía del colegio, su única actividad conocida en ese barrio pues apenas se relacionaba con las gentes del lugar. Obviamente sus raíces han estado siempre en el Príncipe.
Ya en paro, Mohamed viajaba los fines de semana a poblaciones limítrofes de Marruecos, como Castillejos (Fnidek), localidad considerada una de los principales lugares desde donde parten hacia Siria muchos marroquíes que se integran en las filas de Al Qaeda. En Fnidek, es sencillo encontrar por sus calles líderes radicales que buscan convencer a jóvenes para trasladarse a Siria integrados en la Yihad.
Si lo que comentan sus más cercanos allegados es cierto –que “es bueno, normal, pero siempre se deja llevar por otros por falta de personalidad e inteligencia”–, no es difícil comprender cómo Mohamed entró en el mundo del extremismo islamista.
Sea como fuere, el islam se convirtió en su razón de ser, pues su comportamiento se caracterizó en los últimos tiempos por sus firmes convicciones religiosas extremadamente rigoristas y ortodoxas, dirigidas contra el chiismo. Incluso, dicen los investigadores, visionaba vídeos relacionados con la Yihad, obtenidos a través de sus amigos del barrio del Príncipe y en Marruecos.
Las investigaciones que le han conducido a prisión muestran a un hombre que ante una aparente falta de integración e imbuido de una fe yihadista extrema abandonó Ceuta en dirección a Marruecos en abril del 2013. Desde Casablanca tomaría un vuelo que le conduciría a Estambul (Turquía), para dirigirse finalmente a Siria donde se supone que creció su proceso de radicalización y su experiencia en combate.
La investigación sostiene que estuvo en un campo de entrenamiento próximo a Alepo (Siria), en el
ACCIÓN DE GUERRA Lo sitúan en el asalto suicida para liberar cientos de presos de Abu Graib LA FAMILIA En Ceuta vivía con su mujer y sus dos hijas, a las que siempre recogía del colegio
que, además de recibir formación específica de combate, intensificó su adoctrinamiento religioso. Sin duda Mohamed debió ser un alumno aventajado: hay testimonios que lo sitúan como uno de los miembros de un grupo del EIIS seleccionado para participar en el asalto suicida para liberar en julio pasado varios centenares de presos de la tristemente célebre prisión de Abu Graib, en Bagdad.
Los mismos agentes que han reconstruido el periplo que aquí relatamos destacan la capacidad de supervivencia de Mohamed Abdeluahid en situaciones límite durante su estancia en Siria. Subrayan que ha conseguido conservar su vida mientras que la mayoría de los europeos que se unen continuamente al conflicto sirio mueren en combate o en inmolaciones. Cabe la posibilidad –dicen a La Vanguardia estos investigadores de la lucha antiterrorista– que la dureza de su experiencia y la añoranza de su familia hayan influido en Mohamed a la hora de regresar a España, pues no deja de ser una circunstancia muy extraña que un combatiente extremista en Siria abandone aquel país.