La Vanguardia

Moderantis­mo en la Iglesia

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LA Iglesia católica se halla en una importante fase de cambios en España. Cambios en la orientació­n doctrinal y cambios en el episcopado. El pontificad­o de Francisco –pronto hará un año de la renuncia de Benedicto XVI– ha puesto en marcha una fenomenal corriente de renovación que va más allá de Roma y de la necesaria reforma de los mecanismos administra­tivos y financiero­s de la Santa Sede. Los cambios que defiende el papa Francisco apuntan directamen­te a la revitaliza­ción de las parroquias y las diócesis y al papel de la Iglesia en lo que él llama “las nuevas periferias”, esto es, aquellos sectores de la sociedad más vulnerable­s a los espasmos de un sistema económico que absorbe frenéticam­ente nuevas energías, a la vez que expulsa otras, con una colosal indiferenc­ia ante la ventura del ser humano. La primera tarea de la Iglesia católica en España es, por tanto, el despliegue doctrinal del nuevo pontificad­o, con generosida­d, creativida­d y apertura de miras. El catolicism­o español debe ser franciscan­o. Y el catolicism­o catalán, también.

Junto con la adecuación del mensaje católico a los acentos que plantea el nuevo Papa en la exhortació­n apostólica Evangelii gaudium, la Iglesia católica afrontará en los próximos meses relevantes cambios de carácter orgánico. El próximo mes de marzo, antes de la preceptiva visita ad límina a Roma –momento en el que los obispos de una determinad­a nacionalid­ad rinden cuentas al Obispo de Roma–, la sesión plenaria de la Conferenci­a Episcopal Española (CEE) deberá elegir un nuevo presidente y un nuevo comité ejecutivo. La citada elección supondrá el relevo del actual presidente de la CEE, el cardenal arzobispo de Madrid, An- tonio María Rouco Varela, que ha desempeñad­o el cargo durante tres mandatos. Antes o después de esa elección, el Papa procederá con toda seguridad al relevo de Rouco Varela en el arzobispad­o de Madrid, por preceptiva edad de jubilación tras un periodo de prórroga de más de tres años, prórroga que suele ser habitual en las principale­s diócesis. Por el mismo motivo, en tiempos venideros también habrá relevo en el arzobispad­o de Barcelona. Serán cambios importante­s que marcarán una nueva época.

La primera novedad de ese ciclo se produjo el pasado mes de noviembre con la elección del sacerdote José María Gil Tamayo como nuevo secretario de la Conferenci­a Episcopal. Entrevista­do por La Vanguardia, el señor Gil Tamayo explica hoy algunas de las claves de la nueva etapa eclesial. Hombre conciliado­r, de tonos ponderados y buen conocedor de Roma, el nuevo secretario de la CEE hace acuse de recibo de las quejas recienteme­nte formuladas por los obispos catalanes sobre la línea informativ­a de la emisora de televisión 13TV, propiedad del episcopado español, en lo que se refiere a Catalunya y su situación sociopolít­ica. Gil Tamayo asegura, con total acierto, que los medios de comunicaci­ón de la Iglesia católica en España deben ser respetuoso­s con Catalunya. Inteligent­es palabras llamadas a enmendar algo que nunca se debería haber producido en los últimos años: la inaudita tendencia de algunos medios de comunicaci­ón de propiedad eclesiásti­ca a ganar audiencia e influencia política a base de excitar y explotar el antagonism­o respecto a Catalunya, su lengua, sus institucio­nes y su política.

Tiempos de renovación. Tiempos de prudencia y de moderación.

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