La Vanguardia

“Somos una generación egoísta”

Chris Field, premio Fronteras del Conocimien­to de cambio climático

- JOSEP CORBELLA

La lucha contra el cambio climático es una carrera contrarrel­oj en la que estamos perdiendo un tiempo precioso, advierte el ecólogo Chris Field, uno de los líderes mundiales en la investigac­ión del calentamie­nto terrestre. “Cuanto más tardemos en actuar –avisa–, más difícil será resolver el problema del cambio climático, más caro nos resultará y mayores serán los riesgos que correremos”.

Field, director del departamen­to de ecología global de la Institució­n Carnegie en EE.UU., fue galardonad­o el jueves con el premio Fronteras del Conocimien­to de la Fundación BBVA en la categoría de cambio climático. Atendió a La Vanguardia en una entrevista telefónica desde De Bilt (Holanda), donde participab­a en una reunión de expertos del Grupo Interguber­namental del Cambio Climático (IPCC).

¿Le decepciona que, dieciséis años después del protocolo de Kioto, aún no se hayan acordado nuevas medidas contra el cambio climático? Me decepciona que el egoísmo de nuestra generación esté restringie­ndo las opciones que tendrán las generacion­es futuras. Desearía dejar a mis hijos y nietos un mundo lo mejor posible, pero somos una generación egoísta.

¿Estamos a tiempo de solucionar­lo? Estamos a tiempo de actuar, desde luego. Pero necesitamo­s que la discusión sobre el cambio climático no esté distorsion­ada por los intereses a corto plazo de unos pocos países y empresas.

¿Cómo puede convencer a empresas que buscan beneficios particular­es a corto plazo de que actúen por un beneficio común a largo plazo? Hay nuevas oportunida­des de negocio para las empresas que les permitirán obtener beneficios tanto a corto plazo como a largo plazo. Por ejemplo, empresas que inviertan en nuevas tecnología­s de energías limpias.

Pero estos beneficios serían para nuevas empresas que invierten en nuevas formas de energía, no en las viejas empresas que se benefician de los combustibl­es fósiles y que siguen defendiend­o sus intereses. Déjeme decirle que necesitamo­s a las empresas de combustibl­es fósiles. No podemos cerrar las minas y los pozos de petróleo de un día para otro. Seguiremos depen-

diendo de ellos durante décadas. Pero, incluso para estas empresas, el cambio climático ofrece nuevas posibilida­des de negocio.

¿Cree que sus directivos lo ven así? No tengo una relación estrecha con los directivos de empresas de energía, así que no sabría decirle. Si piensan a corto plazo, es posible que crean que actuar contra el cambio climático les perjudica. Pero si tienen una perspectiv­a más amplia y piensan a medio y largo plazo verán que combatir el cambio climático va en su propio interés.

Pasemos a los políticos. Si sólo tienen la perspectiv­a de ganar las próximas elecciones, ¿cómo puede convencerl­es de tomar decisiones de las que no se beneficiar­án ellos sino las generacion­es futuras? Me encantaría tener la respuesta a esta pregunta. Lo que puedo decirle es que lo que define a las grandes naciones es que tienen una vida cultural vibrante, una actividad intelectua­l intensa, una comunidad científica activa... Son naciones que contribuye­n al bienestar de la humanidad. Pienso que las acciones contra el cambio climático serán, cada vez más, una caracterís­tica que definirá a los países que quieren ser líderes.

En cuanto a los ciudadanos, que también se guían a menudo por intereses particular­es a corto plazo, ¿cómo puede incitarles a que se impliquen contra el cambio climático? Uno de los grandes problemas que tenemos es que, cuando hablamos de hacer una transición hacia fuentes de energía no conta-

minantes, el debate se centra sólo en los costes, cuando debería tener en cuenta tanto los costes como los beneficios. Además, está el problema de que, cuando un ciudadano hace el sacrificio de reducir sus emisiones, el beneficio después es para todo el mundo.

¿Cómo resolverlo? Pienso que deberíamos distribuir los costes de contaminar y las recompensa­s por no hacerlo de manera más ecuánime.

¿Estarán de acuerdo los escépticos del cambio climático? A medida que se acumulan más y más pruebas científica­s que demuestran que el cambio climático es real, y que se hacen más investigac­iones sobre sus causas, sus consecuenc­ias y las estrategia­s para mitigarlo, los

CONTRA RELOJ “Cuanto más tardemos en actuar, más costará resolver el problema del cambio climático” PRUEBAS CONCLUYENT­ES “Los escépticos del cambio climático son cada vez más minoritari­os”

escépticos son cada vez más minoritari­os.

¿Le molesta que siga habiendo gente que niega el cambio climático? Hay diferentes tipos de escépticos. Algunos lo han sido porque tenían dudas legítimas sobre la interpreta­ción de los datos científico­s, pero a medida que se acumulan más datos las dudas se van disipando. Otros lo han sido por intereses políticos o económicos, pero se encuentran con que la base intelectua­l para seguir siendo un escéptico del cambio climático es cada vez más frágil.

¿Tendrá que ocurrir una gran catástrofe climática para convencer a la humanidad de adoptar medidas efectivas? Tal como yo lo veo, actuar contra el cambio climático equivale a gestionar riesgos. Una manera de hacerlo es tener miedo después de un desastre. Una manera distinta es adoptar medidas preventiva­s antes que ocurra el desastre, lo que equivale a hacerse una póliza de seguros. En ambos casos el estímulo para actuar es la preocupaci­ón por el futuro. Si no nos preocupa el futuro, será muy difícil que hagamos nada.

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FUNDACIÓN BBVA Chris Field, esta semana en el Instituto Meteorológ­ico de Holanda

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