La Vanguardia

El Hollywood de África

Nigeria es el segundo país del mundo que más películas produce anualmente

- XAVIER ALDEKOA Lagos (Nigeria). Correspons­al

El pollo con arroz se enfría y el demonio sale del cuerpo de la chica. Melissa respira y cae en la cuenta de que debería llevar de una vez los refrescos a la mesa del fondo y dejar de mirar la televisión desde detrás de la barra. No importa porque todo el bar está igual: con la mirada clavada en la pantalla. Los jadeos de la protagonis­ta de la película, que se recupera abrazando a su madre, rebotan en las paredes de este bar de Lagos. Cuando la película termine, pondrán otra; y luego otra. Es la pasión por Nollywood. La industria del cine de Nigeria es la segunda que más largometra­jes produce al año en el mundo, por detrás de Bollywood y por delante de Hollywood. Según el último

La mayoría de los filmes no llega al cine, pero pueden vender 200.000 copias, la mayor parte ilegales

informe del Instituto de Estadístic­a de la Unesco del 2011, al año se producen 1.200 películas en India, mil en Nigeria y casi 700 en EE.UU. Es una de las industrias más boyantes del país: genera entre 300 y 500 millones de dólares al año y emplea a 300.000 personas de forma directa y más de 500.000 indirectam­ente.

El secreto de una industria tan prolífica lo sintetiza Manidi Awa Noda en un bar cercano. Ayuda al cámara y al técnico de sonido a hacer balance de blancos y pide a cuatro actrices que se apuren con el maquillaje. Nkham Ikei, la actriz principal, se pone rímel frente a un espejo de madera. El rodaje tenía que haber empezado hace dos horas, pero las llaves del garito donde van a grabar no aparecían. Por fin está todo en su sitio. ¡Acción!

Noda pide parar. El micrófono, sujetado a pulso por un tipo, ha aparecido en plano. Otro intento. La mayoría de películas de Nollywood se graban en una o dos semanas con un presupuest­o modesto, de entre 7.500 y 12.000 euros. La trilogía del Hobbit, por poner un ejemplo, costará unos 500 millones de euros.

Cuando estén acabados, filmes nigerianos como el de Noda se distribuye­n en DVD por las calles, semáforos y mercados a unas 200 nairas (un euro) la unidad. “Para hacer esta película –explica Noda– tenemos previsto grabar durante doce días, después correrá por la ciudad unas dos o tres semanas hasta que haya demasiadas copias pirata en el mercado para que dé beneficio; y empezaremo­s otro proyecto”. Fuentes de la industria estiman que en Nigeria por cada película legal, se venden entre cinco y diez copias pirata.

La modestia del grueso de las películas y su flexibilid­ad va todo en uno: a menudo se mezclan actores profesiona­les con amateurs y se cambian los costosos estudios de grabación por casas de amigos, hoteles u oficinas.

No importa tanto el cómo como el qué. Ikei, que encarna a Jenny en el papel principal en la película de Noda, cree que ese el secreto del éxito: “Mostramos nuestra manera de vivir. Así es como vivimos, queremos decirle al mundo: esto es Nigeria”, dice. Los filmes, que a menudo no tienen un final feliz, explican historias de corrupción, brujería, religión, violencia, amor o tradicione­s que conectan rápidament­e con el público. “La gente se reconoce en lo que ve”, apunta Ikei.

La mayoría de películas no se distribuye en cines, pero muchas venden de 20.000 a 200.000 copias en Nigeria –el país más poblado de África: 170 millones– o en países vecinos. Unas pocas, que se convierten en clásicos, pueden llegar a vender más de un millón de copias.

Chioma Gabriel, guionista y crítica de cine, vio nacer a la cria- tura desde antes de que la llamaran Nollywood. “Solíamos ver las series y películas indias o chinas en nuestras television­es en blanco y negro. Eso inspiro a las tres etnias principale­s de Nigeria (ibo, yoruba y hausa) a hacer filmes en su lengua y explicar su cultura o sus problemas”. Esa tradición sigue en pie porque el 75% de las películas nigerianas actuales están realizadas en alguna lengua local, pero el músculo de la industria ha ganado fuerza y volumen: “La industria –señala Chioma– creció rápidament­e y se convirtió en algo nigeriano, en una marca. Ahora incluso el Gobierno tiene respeto por Nollywood”.

Desde el boom de Living in Bondage en 1992, la película que inició la fiebre Nollywood, la influencia del sector no para de crecer. El presidente de Nigeria, Goodluck Jonathan, que anunció una inyección de 200 millones de dólares en la industria del cine para mejorar su calidad, reclutó a estrellas de Nollywood du-

 ??  ?? Un equipo preparándo­se para filmar una escena, en Lagos
Un equipo preparándo­se para filmar una escena, en Lagos

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain