Sacyr solicita 16 meses de prórroga para acabar el canal
El consorcio concreta los sobrecostes de la obra ante la CNMV
Problemas en el diseño del proyecto y en la elección del hormigón a utilizar justifican parte del sobrecoste y del retraso que están registrando las obras del canal de Panamá. El Grupo Unidos por el Canal (GUPC), que lidera Sacyr, ha entregado esos datos a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) en los últimos días. El consorcio ha solicitado a la Autoridad del Canal de Panamá (ACP) una prórroga de un año y cuatro meses para acabar las obras, cuyo sobrecoste podría elevarse hasta los 1.625 millones de dólares (unos 1.200 millones de euros). Con esta prolongación, las obras acabarían en febrero del 2016.
En su informe de sobrecostes, de ocho páginas, el consorcio expuso más contratiempos. Está la imposibilidad de utilizar el basalto resultante de las excavaciones para fabricar el hormigón en las nuevas esclusas, un sobrecoste de 365 millones de euros. O los problemas en la construcción de una presa del lado del Pacífico, y que sería previa a las excavaciones (88 millones de euros).
Sacyr atribuye estos gastos extraordinarios a “situaciones surgidas tras el comienzo de la obra, cuando se comprobó la inexactitud de la información proporcionada al consorcio”, y recordó que el consorcio “ha instado a la Autoridad panameña en los últimos cinco meses a un diálogo constructivo para solucionar la crisis advertida por el grupo (junto a Sacyr, lo forman la italiana Salini Impregilo, la belga Jan de Nul y la panameña Constructora Urbana)”.
En su informe, Sacyr también dijo que ahora mismo se está jugando un paquete de garantías por un valor conjunto de 420 millones de euros, y que incluyen 126,8 millones de euros como fianza de cumplimiento, 15,9 por pago a proveedores, 265,9 como anticipo de obras y 11,3 en préstamos.
El consorcio dio a entender que la ACP le ha dado la espalda a todas las reclamaciones que le ha presentado, “tras un periodo de análisis que sólo ha servido para consumir tiempo”.
Mientras, la ACP informaba ayer de que el ritmo de los trabajos de construcción se ha reducido en un 70%: apenas dos mil operarios trabajan en el tercer juego de esclusas de la vía interoceánica, una vez que las negociaciones entre la ACP y el consorcio permanecen estancadas. Por este mismo motivo, Ana Pastor, la ministra española de Fomento, había viajado a Panamá esta semana. Se trata de evitar que la negociación implique la paralización temporal de las obras.