Moscú evita reconocer los referéndums y propone diálogo
Un 89% votó por la independencia de Donetsk y Luhansk, dicen los convocantes
A pesar de lo que diga el nuevo gobierno de Kíev, parece que los objetivos, al menos los prioritarios, de Moscú y los rebeldes prorrusos no coinciden. El Kremlin expresó ayer su respeto por los resultados de los referéndums del domingo en las provincias ucranianas de Donetsk y Luhansk, pero ni una palabra de reconocer la existencia de las nuevas repúblicas. Sus líderes, sin embargo, llamaron a las puertas de Rusia.
Otra vez quedó de manifiesto que Donetsk, la provincia más rica de Ucrania, y Luhansk nada tienen que ver con Crimea, económicamente a la cola pero de un indudable valor estratégico para Moscú. La anexión de esta península del mar Negro en marzo ha creado paralelos, tanto entre los gobierno occidentales que amenazan a Rusia con sanciones como entre los rebeldes y parte de la población de estas regiones, que veían la puerta abierta.
Oficialmente, el Kremlin cree que la votación indica que el conflicto de Ucrania se debe resolver de forma dialogada entre Kíev y las provincias. “En Moscú se acoge con respeto la voluntad de la población de las provincias de Donetsk y Luhansk”, dijo el Kremlin en un comunicado de su servicio de prensa. E indica que para “llevar los resultados a la práctica” es necesario recurrir al “diálogo entre los representantes de Kíev, Donetsk y Luhansk”.
Esta evaluación viene a subrayar la posición de Rusia ante la propuesta de Alemania de celebrar otro encuentro a cuatro en Ginebra. Moscú insiste en que en esa mesa también debe estar el sudeste de Ucrania.
El ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, dijo ayer en Moscú que repetir ese formato no resultará “muy prometedor”. Para el jefe de la diplomacia rusa, “sin incluir a los oponentes al régimen a una conversación directa para salir de la crisis, nada funcionará”. El Kremlin, por su parte, dijo que “con el fin de establecer ese diálogo es bienvenido cualquier esfuerzo de mediación, incluido a través de la OSCE”.
Los líderes de las autoprocla- madas repúblicas populares fijaron ayer en un 89% el apoyo de estos territorios a la independencia en la votación del domingo. En contra se manifestaron un 10% de los votantes, dijeron ayer en una rueda de prensa en Donetsk.
Los dirigentes de la República Popular de Donetsk instaron a Moscú a examinar cuanto antes la cuestión de la incorporación de estos territorios a Rusia. De momento, una de las ideas es unirse a Luhansk en un nuevo estado, aunque también comenzarán a crear sus propias instituciones. Quieren celebrar elecciones legislativas en otoño.
Como era de esperar, para Kíev las votaciones del domingo nada han cambiado. El presidente en funciones, Olexánder Turchínov, dijo que los referéndums son “una farsa sin efecto jurídico”. La comunidad occidental, aliada de Kíev, tampoco les reconoce validez.
La OSCE, por su parte, dio un paso al frente. Su presidente en ejercicio, el suizo Didier Burkhalte, señaló que Rusia ha tenido cuidado de no reconocer formalmente los resultados. E indicó que un experimentado diplomático alemán, Wolfgang Ischinger, va a ser el mediador de la OSCE para intentar establecer el diálogo que pidió el Kremlin.
La OSCE nombra a un diplomático para crear un puente entre Kíev y Donetsk Los líderes rebeldes piden a Rusia que considere la anexión de sus territorios