Decenas de muertos en nuevos naufragios frente a la costa de Libia
Los naufragios de embarcaciones repletas de inmigrantes y refugiados procedentes de la costa de Libia se suceden. Es un drama diario que casi logra anestesiar a la opinión pública europea. Ayer hubo noticia de otro drama: al menos 14 muertos y quizás hasta dos centenares de desaparecidos. No se sabía con certeza a la hora de cerrar esta edición.
La última tragedia se produjo a unas 50 millas al norte de Libia y a 100 al sur de la minúscula isla italiana de Lampedusa. El primer socorro lo proporcionó un remolcador. Después acudieron unidades navales italianas que participan en la operación Mare Nostrum, puesta en marcha después del terrible naufragio del octubre pasado en el que murieron más de 360 eritreos. Como suele suceder en estos casos, será muy difícil saber cuánta gente viajaba en la patera hundida. La embarcación estaba en dificultades y volcó, probablemente por la sobrecarga, el pánico y el brusco movimiento de los pasajeros,
La Comisión Europea mostró su consternación por la nueva pérdida de vidas humanas, agradeció el esfuerzo de las autoridades italianas y pidió a todos los Estados de la UE que mantengan la solidaridad con los países que están en primera línea y gestionan esta emergencia. La comisaria Cecilia Malmstrom anunció que la situación humanitaria en el sur del Mediterráneo volverá a ocupar un lugar protagonista en el próximo Consejo Europeo de finales de junio. El ministro del Interior italiano, Angelino Alfano, reiteró su reproche a los socios europeos por escatimar la ayuda y desentenderse del problema. “Hay muchos muertos cerca de Libia –dijo Alfano–. Nuestros barcos están allí para recuperar a los muertos y socorrer a los vivos. Europa no nos está ayudando. Que se haga cargo de acoger a los vivos”.