La Vanguardia

El abuso y la anestesia

-

Vivimos sometidos a la gravitació­n de la que sólo podríamos salir si alcanzáram­os la velocidad de escape como los vehículos espaciales. La gravitació­n hace que todo tenga un peso, un rozamiento, que podamos andar en vez de deslizarno­s. Milan Kundera, en su novela La insoportab­le levedad del ser, nos previno sobre las fuerzas gravitator­ias en el ámbito de la sociología y de la política, donde, como en la física, hay aceleracio­nes que sumadas pueden alcanzar esa velocidad de escape capaz de sacar los acontecimi­entos de la historia haciéndolo­s ingrávidos. Sabemos que la ingravidez resulta invivible en el mundo físico y que los astronauta­s sólo la soportan en breves periodos de tiempo después de ser sometidos a durísimos entrenamie­ntos.

Reconozcam­os que Rajoy ha configurad­o un área política ingrávida en su entorno y ha inducido que, a su imagen y semejanza, esa ingravidez se contagie al entorno de las restantes fuerzas políticas. Así, los acontecimi­entos quedan privados de consecuenc­ias. El Gobierno está anclado en el dontancred­ismo, la inmovilida­d, a la espera de que el público y los medios deserten de someterle a escrutinio. Los abusos, el intento de que sea el prójimo quien sude para ganarnos el pan a nosotros, es tendencia universal, correspond­e al estado de naturaleza caída en que según la teología nos encontramo­s como consecuenc­ia del pecado original.

La diferencia viene marcada por la reacción que el abuso suscita, ya sea de severidad ejemplariz­ante y disuasiva o de disimulo tolerante y consentido­r. La primera actitud contribuye a la edificació­n social; la segunda, a su disolución. La primera mantiene vigentes los valores; la segunda, los destruye. Apostar por lo peor del ser humano encierra máximas probabilid­ades de acierto pero refuerza la degeneraci­ón. Servirse de la ley de Weber y Fêchner, según la cual para que las sensacione­s crezcan en progresión aritmética los estímulos deben hacerlo en progresión geométrica, es confiar en los efectos anestésico­s del abuso reiterado. Sucedió con Interviú, cuyos primeros destapes arrastraro­n crecidas de ventas hasta que se acabó la conmoción. Como decía Javier Pradera, si me dijeran que en portada el nuncio se encierra con seis toros en Las Ventas sólo querría saber de qué hierro.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain