La Vanguardia

Desesperac­ión en el campo

Malestar de los payeses por los robos en sus fincas

- ESTEVE GIRALT Vilallonga del Camp

Han montado patrullas nocturnas; pintan tractores y maquinaria con un spray identifica­tivo; se han reunido en multitud de ocasiones con los Mossos d’Esquadra; se han sentado junto a los responsabl­es políticos del territorio; han organizado asambleas y manifestac­iones, la última el domingo en Vilallonga del Camp (Baix Camp), uno de los términos municipale­s más afectados por el alud de robos agrícolas. Pero el problema, que aseguran los payeses tarraconen­ses que ha alcanzado una magnitud sin precedente­s, sigue sin solución. Los asaltos masivos en fincas agrícolas, que el sindicato Unió de Pagesos empezó a denunciar siete años atrás, se han convertido en una plaga por ahora imposible de erradicar.

La zona más afectada la forman los municipios de La Selva del Camp, Alcover, Constantí, El Morell y Vilallonga. La mayoría de las fincas están bien conectadas por carretera. “Estamos desesperad­os, no sabemos qué hacer más porque nada ha servido de nada. Pedimos a los políticos que cambien las leyes para castigar a los ladrones reincident­es. Un día encontrare­mos algún payés muerto”, alerta Ester Gomis, de 36 años, quien junto a su padre sufrió la agresión de un ladrón que se metió en su finca para robar el 1 de mayo. Ester acabó en una ambulancia con cuatro puntos de sutura en la nariz; a su padre, de 62 años, lo arrastraro­n por el suelo y lo patearon. “Es una vergüenza”, resume indignado Josep Gomis, que ha sufrido en los últimos años más de 15 robos, la mayoría de ocasiones para sustraerle hierro y cobre.

El último episodio, cuando la familia Gomis celebraba una comida en el campo; al oír voces se acercaron a la huerta y vieron hasta cinco individuos paseándose a sus anchas por la huerta para recoger como si fueran suyas las habas, cebollas y las naranjas de un ve-

Unos ladrones golpean a un agricultor y a su hija por recriminar­les que robaran en su huerta

cino. “A mí no me grites”, me respondió uno de ellos, recuerda Josep. Ni cuando dejaron a su hija con la cara ensangrent­ada tenían intención de marcharse. “Nunca antes como ahora habíamos sufrido nada igual, los ladrones se sienten impunes. En la zona a todos los payeses les han robado al menos una vez”, añade.

Pere Fortuny acudió ayer a la finca de los Gomis al oír voces. “¿Cómo estás?”, le pregunta a su vecina, con la marca de los cuatro puntos de sutura aún visible en su nariz. Pere ha perdido sólo este curso entre 6.000 y 7.000 euros por culpa de los ladrones. “Me han robado en un año toda la instalació­n de riego”, lamenta. Gran parte del material acaba en las chatarrerí­as, comerciali­zado en el mercado negro. Otra de las reivindica­ciones de los payeses es un mayor control de este tipo de establecim­ientos, donde el cobre y el hierro se pagan bien a peso.

“Últimament­e se han producido agresiones, no podemos aguantar más”, denuncia Rafel Espanyol, uno de los responsabl­es de la fruta seca de Unió de Pagesos. El sindicato exige al Gobierno la modificaci­ón urgente del código penal para castigar a los ladrones reincident­es. “Los Mossos hacen bien su trabajo, pero los delincuent­es entran por una puerta y salen por otra”, lamentan los Gomis. En la zona aseguran que hace pocos días incluso un helicópter­o de los Mossos sobrevoló la zona de noche, con un foco, para intentar ahuyentar a los asaltantes.

 ?? XAVI JURIO ?? Josep Gomis, Pere Fortuny y Ester Gomis en Vilallonga del Camp, en la huerta donde los Gomis fueron agredidos
XAVI JURIO Josep Gomis, Pere Fortuny y Ester Gomis en Vilallonga del Camp, en la huerta donde los Gomis fueron agredidos
 ?? XAVI JURIO ?? Los payeses sujetan con un alambre las puertas reventadas por los ladrones
XAVI JURIO Los payeses sujetan con un alambre las puertas reventadas por los ladrones

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