Una mirada penetrante
Es una raza muy antigua, documentada desde el siglo XIII y reconocida oficialmente en 1989. Probablemente descendiente del Saluki, ha sido siempre un perro de caza utilizado para la liebre, zorro, corzo y lobo. Parecido al Greyhound, es de tamaño grande. De cuerpo muy fuerte, compacto y algo alargado pero menos estilizado que otros lebreles. Su cabeza es seca, con un hocico chato para un lebrel y orejas estrechas, caídas y plegadas hacia delante. Patas rectas, largas y con pluma y cola larga de porte alto en acción, pero nunca horizontal.
Una de las características de la raza son sus ojos, muy expresivos y de mirada penetrante. Pese a su corpulencia no es pesado y se desplaza de forma fácil y enérgica. Muy rápido de reflejos y movimientos, es muy per- sistente en la persecución.
Tiene el pelo duro y elástico, de longitud variable según las zonas del cuerpo. El manto puede ser de todos los colores.
Afectuoso con la familia, se muestra reservado con los extraños. Más territorial y agresivo que otros lebreles, es un buen guardián. Se lleva mal con otros perros y mascotas de la casa. Por su carácter hiperactivo, algo terco y desobediente precisa de una educación constante para poderlo controlar. En casa y sin estímulos puede llegar a ser tranquilo. Limpio y fácil de cuidar, sólo precisa ejercicio en libertad. Es un animal sano, con predisposición a malformaciones de cadera. Indicado para practicar deportes. No es aconsejable que sea nuestro primer perro. Aunque es capaz de adaptarse a vivir en pisos, es mejor que viva en el exterior. Poco conocido fuera de su país.