El euro baja al apoyar el Bundesbank medidas de estímulo
El euro cede un 0,4% por el temor del supervisor alemán a una baja inflación permanente
Después de que el presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi, anunciase el pasado jueves que la institución tomará decisiones adicionales de expansión monetaria en su reunión de principios de junio, ayer el Bundesbank puso de manifiesto su disposición a brindar su apoyo a la adopción de una serie de medidas de estímulo monetario, algunas no convencionales, como la de fijar una tasa negativa en los depósitos que las entidades financieras aparcan en la institución o la compra de titulizaciones que agrupan miles y miles de préstamos bancarios. El banco federal alemán hace suya así la visión de que el principal riesgo que afronta la zona euro, tras su salida de su segunda recesión en cuatro años, consiste en la posibilidad de atravesar “un periodo excesivamente prolongado de inflación demasiado baja”, según informaba ayer The Wall Street Journal en su edición digital, citando fuentes conocedoras de una institución monetaria creada y diseñada exclusivamente para luchar contra la inflación.
La difusión de la noticia causó una depreciación del euro frente al dólar. Abrió a un cambio de 1,3755, cerró a 1,3702 y en algunos momentos del día llegó a estar en los 1,3688.
“Las previsiones de inflación del personal del BCE para el 2016, que se publicarán a principios de junio, serán centrales en el apetito del Bundesbank respecto a medidas adicionales de flexibilización”, explica la citada fuen- te. En el pasado reciente, el presidente del Bundesbank y el economista jefe (alemán) del BCE dimitieron al rechazar frontalmente las operaciones de compras de títulos de deuda soberana de Grecia, Irlanda, Portugal, España e Italia. Por este motivo, la buena predisposición de la entidad que sirvió de modelo al BCE proporcionaría un importante respaldo a su presidente, Mario Draghi, particularmente en Alemania, después de que el banquero italiano apuntara en su última rueda de prensa que un debilitamiento de la inflación o una revisión a la baja de las previsiones a medio plazo posibilitaría la adopción de más medidas expansivas.
No obstante, este potencial apoyo del banco central germano tendría limitaciones, ya que la entidad sigue siendo reticente a realizar grandes compras de deuda pública y privada, lo que se conoce como expansión cuantitativa. Aunque en esta ocasión, según la edición digital de The Wall Street Journal, las reticencias no son ju- rídicas (los tratados y los estatutos del banco prohíben explícitamente que el BCE compre deuda de los estados miembros). Ahora en el Bundesbank, sus responsables y economistas consideran que los tipos de interés están tan bajos en estos momentos (el bono del Tesoro español a diez años de plazo nunca ha estado tan bajo) que las compras de deuda soberana en los mercados secundarios no serían demasiado efectivas y podrían suponer riesgos para la estabilidad financiera.
No obstante, el banco central germano estaría así abierto a la adopción de medidas significativas, incluyendo la reducción del tipo de interés de los préstamos y de los depósitos del BCE, la extensión de la barra libre (dinero a discreción para los bancos privados) de liquidez hasta mediados del 2015 o el 2016, así como un nuevo súper préstamo a los bancos a largo plazo y a tipo fijo (entre diciembre del 2011 y febrero del 2012 prestó un billón al 1% y a tres años) y la adquisición de determinadas clases de activos.
“Pero estos pasos no son un asunto cerrado y dependen de manera primordial de las previsiones de inflación del BCE hasta el 2016”, señala el periódico. Los pronósticos del instituto emisor de la eurozona prevén que la inflación será del 1% este año y del 1,3% en el 2015, para alcanzar un 1,5% de media en el 2016.
Fuentes del Bundesbank matizaron esta lectura a través de la agencia Bloomberg, insistiendo en que el apoyo del Bundesbank a la adopción de medidas no convencionales no se producirá de forma “automática” si los economistas del BCE reducen la previsión de inflación. Draghi explicó el jueves que el Consejo de Gobierno del BCE se siente “confortable” con la idea de actuar en junio y comparte de forma “unánime” la idea de no “resignarse a un largo periodo de baja inflación”. Ahora, los servicios de estudios, de Goldman Sachs a BNP Paribas y Citigroup, coinciden en que el BCE bajará tipos del 0,25% al 0,1% y podría penalizar con un cuarto de punto los depósitos de la banca privada. Más difícil será conseguir que baje el euro porque estas medidas mejorarán la confianza y acelerarán las entradas de capitales en la unión y, por tanto, la resistencia del tipo de cambio, factor que explica la muy baja inflación.
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