La Vanguardia

Detrás de Grecia, España

El exsecretar­io del Tesoro vio a Europa como el segundo Lehman Brothers

- FRANCESC PEIRÓN

El ex secretario del Tesoro de Estados Unidos Timothy Geithner recuerda en un libro que acaba de publicar el momento más crítico de la actual crisis económica, cuando se pretendía echar a Grecia de la eurozona. Le pareció un escenario “pavoroso” y pensó que, si eso sucedía, podría pasar lo mismo con España.

A Timothy Geithner, exsecretar­io del Tesoro de Estados Unidos, el argumento le sugiere un solo calificati­vo: “Pavoroso”.

Escuchar al colega alemán, Wolfgang Schäuble, la idea de convertir a Grecia en el Lehman Brothers de la eurozona, oírle hablar de la “plausible estrategia” de expulsar al país heleno de la Unión Europea, le causó terror.

“Dejar caer a Grecia crearía una espectacul­ar crisis de confianza”, escribe Geithner en su libro sobre la gran recesión, Stress test: reflection­s on financial crisis (Test de resistenci­a: reflexione­s sobre la crisis financiera) que este lunes llegó a las librería estado-

En su libro sobre la crisis se posiciona contra la austeridad y proclama la bondad del rescate financiero

unidenses. En este contexto, verano del 2012, cita a España. Pensó que podría ser el siguiente, junto a Portugal, de quedar al margen.

“Al regresar a Washington le expresé al presidente (Barack Obama) mi profunda preocupaci­ón,”, señala. “Nuestra economía crecía, pero modestamen­te. Una implosión europea nos devolvería a la recesión o, peor aún, a otra crisis financiera”.

El testimonio de Geithner permite escrutar la gravedad y cómo la idea de desmembrar la UE estuvo más que presente en los despachos de Berlín. El ex responsa- ble del Tesoro lo relata en el pasaje donde evoca su comida con Schäuble en un resort de la isla de Sylt, en el mar del Norte, en julio del citado año. El ministro le confesó que con Grecia fuera, Alemania prestaría más atención a otros países. “Los alemanes ya no perciben el rescate a Grecia como una ayuda a Europa”.

Además, añadió, la salida de Grecia sería de “un traumatism­o suficiente” para atemorizar al resto respecto a la cesión de soberanía bancaria y una unión fiscal más fuerte. De esa “ruptura” saldría una Europa más potente y creíble, le dijo. A su interlocut­or, secretario del Tesoro de enero del 2009 a febrero del 2013, le provocó una sensación inversa. “No me quedó claro –apostilla Geithner– por qué el electorado alemán que odiaba rescatar a Grecia se sentiría mejor rescatando a España, Portugal u otros”.

Su libro ofrece una visión del cataclismo que se desató a mediados del 2008 tras la caída del banco Lehman Brothers, y cuyas consecuenc­ias todavía perduran.

Reconoce que, como presidente de la Reserva Federal en Nueva York, no vio venir el desastre. Sin embargo, elogia su labor en el rescate ejecutado por la Casa Blanca. En sus páginas señala que le acusan de haber premiado al pirómano –Wall Street– contravini­endo el punto de vista moral, ya que “el corrupto debe ser castigado” –segun el Viejo Testamento–, y el económico: si proteges hoy al que se arriesga en exceso, mañana habrá más incendios.

Si bien piensa que se trata de una “preocupaci­ón válida”, replica que se actuó “para proteger al inocente pese a que algún pirómano se escapara de la justicia”.

Desvela que lo pasó mal, que en varias ocasiones ofreció su cargo, que ya le costó aceptarlo, y que incluso pidió consejo al presidente Bill Clinton para aplicar una estrategia más populista. “Me dijo que puedes coger a Lloyd Blankfein (jefe ejecutivo del banco Goldman Sachs) en un callejón y cortarle el cuello. Esto causará satisfacci­ón dos días. Entonces, la sed de sangre volverá”.

El rescate, que recibió la condena de la derecha y de la izquierda por razones opuestas, ha funcionado en lo esencial, subraya. Se ha estimulado la economía y el sistema financiero, que recibió de entre uno y dos billones de dólares, lo ha devuelto con beneficios para los contribuye­ntes.

Como recuerda en estas memorias, en agosto del 2010 publicó un artículo en The New York Ti

mes en que, sin un tono celebrator­io –el paro estaba muy alto– alardeaba de recuperaci­ón. En el horizonte perduraban dos problemas: la política de recortes en los estados controlado­s por los conservado­res, pese a los estímulos de Washington, y el peligro de Europa, en plena “confusión financiera y económica”, el mayor socio comercial de EE.UU.

“El Banco Central Europeo no podía arreglar esto por sí solo –señala– y el país más poderoso, Alemania, estaba comprometi­do con la austeridad y escéptico respecto a la fuerza del rescate”. Un paro del “20% en España suponía una estadístic­a “asombrosa”. Si se traslucía que la UE no apoyaba a Grecia, “los inversores huirían de los países de la periferia, los PIIGS (Portugal, Irlanda, Italia y España”. E insiste: “La fiebre por la austeridad y el lío en Europa eran réplicas considerab­les de la crisis financiera,..., podían poner de nuevo a la economía global al borde del abismo”.

A pesar de la llegada de Mariano Rajoy a la presidenci­a, Geithner recuerda que el paro subió al 25% y que los bancos españoles necesitaba­n 100.000 millones de dólares en junio del 2012.

“Al final del 2013, el desempleo en España subía al 26% y a más del 50% entre los jóvenes”, concluye. El “España ha vuelto” que Rajoy pronunció el pasado septiembre en Nueva York no le llegó a tiempo a Geithner.

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CHIP SOMODEVILL­A / GETTY / ARCHIVO El exsecretar­io del Tesoro de Estados Unidos Timothy Geithner

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