Nigeria negociará con Boko Haram
Especialistas de EE.UU. buscan por tierra y aire a las alumnas secuestradas
Búsqueda multinacional de las alumnas nigerianas por tierra y aire. Y puerta abierta a negociar.
Una fuerza conjunta de varios países ha iniciado sus operaciones para encontrar las más de 200 niñas secuestradas por la secta islamista Boko Haram el 14 de abril. Reino Unido, Francia, España, Israel o China han puesto a disposición del Gobierno nigeriano equipos de expertos para unas acciones de rastreo lideradas por Nigeria y EE.UU.
En las últimas horas aviones tripulados de vigilancia estadounidenses surcan el cielo del nordeste de Nigeria para dar con las chicas, y un equipo de hasta 30 especialistas de Washington ana- liza imágenes de satélite de la región. El rastreo de la zona coincide con la predisposición del Gobierno de Nigeria a sentarse a hablar con la banda para desatascar la situación: “Estamos listos para negociar”, señaló ayer el Gobierno de Nigeria.
Un portavoz del Ministerio de Información había entreabierto la puerta horas antes al declarar, más sutil: “El Gobierno de Nigeria está considerando todas las opciones para liberar a las chicas y reunirlas con sus padres”.
El cambio de discurso es tan importante como clave. Anteayer, el Gobierno nigeriano se negó al diálogo pocas horas después de hacerse público un vídeo que mostraba por primera vez a 136 de las chicas y donde el líder de Boko Haram, Abubakar Sheaku, pedía la liberación de sus miembros detenidos como condición para devolver a las alumnas. La primera reacción oficial, del ministro del Interior, Abba Moro, fue negarse en redondo: “Por supuesto que lo rechazamos. No se trata de que Boko Haram pueda ir imponiendo condiciones”, dijo entonces.
La negativa a una salida negociada llevaba la situación a un callejón sin salida, ya que Boko Haram mantiene en paradero desconocido a las chicas en una zona montañosa extensa y fronteriza con Camerún. La posibilidad de que la banda hiciera daño a las chicas para presionar al Ejecutivo era alta. Aunque el giro gubernamental puede ser visto como un símbolo de debilidad del presidente, Goodluck Jonathan, se quiere evitar un final desastroso y que reduciría las opciones del mandatario en las elecciones del año próximo. Se prefiere una salida digna negociada que un baño de sangre en prime time internacional.
El ministro de Asuntos Especiales, Tanimu Turaki, también empujó en esa dirección. Turaki, al frente de un Comité de Reconciliación creado para abrir conversaciones con la banda, apuntó ayer a la BBC que si el líder de Boko Haram es sincero en su oferta de intercambio de las chicas por prisioneros, debe enviar a personas de su confianza para negociar.
El problema será de credibilidad. La banda extremista, que ha matado a más de 1.500 personas desde enero y quiere imponer
La banda ordenó en el pasado ejecutar a aquellos que se acercaban a negociar con el Gobierno
una versión estricta de la charia en todo el país, da visos de contar con diversas facciones no necesariamente compactas. En el pasado, los tímidos intentos de pactar la paz se topaban con la ausencia de un liderazgo que controle a todas los subgrupos de Boko Haram, cuyo nombre en lengua hausa significa la educación no islámica es pecado. En al menos dos ocasiones, desde dentro de la banda se ordenó la ejecución de aquellos insurgentes que se acercaban a negociar con el Gobierno, en un síntoma de las diferencias dentro de la red fundamentalista.
Desde el norte de Nigeria, un líder religioso cristiano que pide anonimato por motivos de seguridad apunta a La Vanguardia que el asunto del secuestro de las alumnas ha entrado en el juego político. “Todos sabemos que hay políticos del norte y clérigos que apoyan financieramente a Boko Haram; este asunto de las niñas es una táctica para desgastar al presidente, evitar su reelección en las elecciones de 2015 y colocar a un dirigente musulmán en el poder”.