Medio mundo teme ser torturado, denuncia Amnistía Internacional
AI detecta en España “falta de compromiso y voluntad política” contra la tortura
Treinta años después de que se aprobara la Convención contra la tortura de las Naciones Unidas, casi la mitad de la población mundial teme ser torturada en caso de ser detenida.
No es un miedo resultado de un promedio Norte/Sur, en el que la abundancia de temerosos en los países pobres y/o dictatoriales compensaría su escasez en las democracias opulentas del Norte: la tortura es un fenómeno universal y en algunos lugares, como Estados Unidos, en claro avance en el marco de las urgencias invocadas por la “seguridad nacional”. En todo el mundo las personas son golpeadas, maltratadas, violadas, intermitentemente asfixiadas o sumergidas en agua, quemadas con cigarrillos o sopletes, impedidas de dormir, obligadas a beberse su propia orina o cualquier otra fantasía del torturador estatal.
Así lo muestra la encuesta realizada por encargo de la organización Amnistía Internacional (AI) que ha interrogado a 21.000 personas en 21 países.
Si globalmente un 44% declara tener miedo a ser torturado o maltratado si es detenido, en España el dato aún supera esa media: un 45%. En una época de reducción de derechos de protesta y manifestación “que cualquiera puede ver en televisión”, España se caracteriza por una “falta de compromiso y voluntad política” en materia de tortura, señala Eva Suárez-Llanos directora adjunta de la organización.
“En algunos países se trata de casos aislados, pero es espantoso constatar en cuántos países es la tortura un fenómeno cotidiano”, dice Selmin Calikan, secretaria general de la organización en Alemania. “En todo el mundo los gobiernos por un lado prohíben le- galmente la tortura, mientras que por el otro la hacen posible”, explica el secretario internacional de AI, Salil Shetty.
Extraditado desde España, el marroquí Ali Aarrass fue llevado al “Guantánamo de Marruecos”, donde, “le colgaron por los pies, le violaron con una botella hasta romperle el ano, le arrancaron cinco dientes, le ahogaron hasta que perdió el conocimiento y le amenazaron con violar a su hija”, explica su hermana Farida Aarrass.
Propósito universal de la tortura es obtener confesiones. 155 países ratificaron la Convención contra la tortura de 1984, pero 30 años después, en 79 de ellos se producen casos. Cinco países destacan en la muestra: México, Nigeria, Marruecos/Sáhara Occi-
La Unión Europea, cómplice y ayudante del retroceso global impulsado por Estados Unidos
dental, Filipinas y Uzbekistán.
Un 82% de los encuestados en todo el mundo opinan que son necesarias mejores protecciones ante la tortura practicada por los estados, pero más de una tercera parte (36%) aún considera que en algunos casos la tortura puede estar justificada. Quienes así piensan son muchos más en Estados Unidos que en México, Argentina, Rusia o Brasil, pero es en China e India, donde la opinión sobre la aceptabilidad de la tortura “en algunos casos” es más liberal: el 74% de la población de ambos países así lo considera.
Para Shetty, el “refuerzo de los métodos de interrogatorio” acometido por los servicios secretos y el ejército de EE.UU. tiene un cómplice notorio: la Unión Europea. Sus países han criticado a EE.UU. por tales prácticas, pero albergan cárceles ilegales, cooperan estrechamente con la CIA y dirigen desde su territorio las campañas de asesinatos extrajudiciales, como ocurre con Alemania desde cuyo territorio se dirigen los aviones pilotados a distancia que matan en lejanos países como Kenia o Somalia.