“¡Esa boca, Montsita!”
El inspector jefe de Astorga, esposo y padre de las detenidas, era ‘el prudente de la familia’
Pablo Antonio Martínez García, padre y marido de las dos detenidas por el asesinato de Isabel Carrasco e inspector jefe de la comisaria de Astorga desde su traslado allí hace once años, se encontraba ayer todo lo abatido que podía sentirse una persona en sus circunstancias. El presidente del Partido Autonomista de León (PAL) y concejal de Astorga, Pablo Peyuca, pudo constatarlo en la breve conversación telefónica que mantuvo con él por la mañana. La amiga de las detenidas que habló con este diario añadió que, después de esa llamada y alguna otra, el policía “dejó de coger el teléfono”.
El inspector jefe, al que en la ciudad suelen llamar más bien “el comisario” por su papel de máximo responsable de la comisaría, ejercía como el miembro prudente de la familia. Cuando su esposa, María Montserrat González, arremetía en público contra aquellos a quienes aborrecía, incluida obviamente la presidenta de la Diputación de León Isabel Carrasco, el policía solía decirle: “¡Esa boca, Montsita!”, explicó la amiga de la familia, quien le describió como “una bellísima persona”.
Una de las primeras diligencias que los compañeros de Pablo Antonio Martínez hicieron tras detener a su esposa y su hija fue preguntarle sobre su arma reglamentaria. Él dijo que la tenía consigo y, según fuentes de Interior, así se comprobó de inmediato. Los proyectiles de la pistola con la que su esposa al parecer asesinó a Carrasco son además de un calibre inferior al de las que usa la policía, siempre según las fuentes policiales consultadas.
Representantes del PP, del citado PAL y del PSOE, que gobierna en la corporación de Astorga, coincidieron en sus elogios al inspector jefe y en la idea positiva que hasta el momento tenían de su mujer y su única hija.
La alcaldesa socialista, Victorina Alfonso, visitó al inspector jefe en la tarde del lunes. “No pude hacer otra cosa que darle un abrazo”, declaró ayer. Alfonso aseguró que mantenía una relación “directa y frecuente” con María Montserrat, la presunta asesina material de Carrasco. Las dos coincidían en los actos sociales que a menudo se celebran en Astorga, actos a los que siempre acude “el mismo pequeño grupo de personas”, señaló el líder del PAL.
La esposa del jefe de la Policía y madre de Triana, ahora vista como una homicida, era hasta el lu- nes “una mujer cordial, comunicativa, amable y cariñosa”, dijo la alcaldesa. Y añadió: “Aquí tiene que faltar algún dato. No se entiende lo ocurrido si no hay una patología” en las mentes de Montserrat y Triana.
La concejal del PP Silvia Cobos, que no conocía tan bien a las detenidas aunque también coincidía con ella en los actos públicos, describió con elocuencia cómo ella “y todos” vivieron en Astorga la sucesión de los acontecimientos en la tarde del lunes. Pasamos de la consternación al desconcierto total. Primero nos sentimos perplejos por el hecho en sí. Después, muy inquietos ante la incertidumbre inicial sobre la autoría y los móviles; y más en plena campaña en electoral”, recordó la edil. Y añadió: “Cuando nos enteramos de quiénes eran las detenidas, cosa que nos costó creer a todos, yo ya me perdí”. El presiden- te del PAL suscribió lo dicho por su compañera y agregó: “Todavía no sé si creérmelo”.
El Partido Autonomista había tomado el testigo del PSOE en una denuncia contra Isabel Carrasco por malversación de fondos a cuenta de los gastos de desplazamiento con su coche oficial. Por eso y por otras razones, su presidente no pudo ni quiso ayer hablar demasiado de la que era presidenta de la Diputación desde julio del 2007. La alcaldesa del PSOE aseguró sin embargo que, pese a sus obvias diferencias políticas, mantenía “buen trato” con Carrasco, quien facilitó “importantes ayudas” al municipio.
“Sentimos asombro, después inquietud y al final..., yo me perdí”, dice una edil del PP “Falta algún dato; no se entiende si no hay una patología”, dice la alcaldesa del PSOE