Jane regresa a la selva
De Barcelona a Australia, Nepal, Tanzania, Burundi..., Goodall cumple 80 años intensificando su activismo en defensa del medio ambiente
He cumplido 80 años, me queda menos tiempo por delante y por eso debo incrementar mi ritmo de actividades. Mi familia me ha dicho que quizás ahora debería parar un poco, pero no es el momento, seguiré viajando más de 300 días al año. No sé de dónde saco la energía, la gente me inspira y yo les inspiro a ellos”, comentaba ayer la primatóloga británica Jane Goodall, una respetable octogenaria que ejerce de activista de múltiples causas a tiempo completo.
Considerada la máxima autoridad en el estudio del comportamiento de los chimpancés, Goodall ha ido abriendo otros frentes a lo largo de su carrera. De la lucha contra la deforestación a la batalla contra la ganadería intensiva, los transgénicos, el consumismo o el cambio climático.
Rebeca Atencia constata que la pedagogía funciona: baja el número de chimpancés huérfanos
Anoche llenó el auditorio de CosmoCaixa en una conferencia en la que repasó una vida dedicada a la protección de la naturaleza. Su siguiente destino es París, luego Inglaterra, Australia, Indonesia, Nueva Zelanda, Sri Lanka, Nepal, de nuevo Inglaterra, Tanzania, Burundi, Kenia... “Espero que al llegar agosto me queden tres semanas para descansar en casa. ¡Estoy harta de tantos vuelos! Desde el 11-S pierdo más tiempo en los aeropuertos, con tantos controles, que en los países”, exclama con desagrado. A pesar de tales inconvenientes sostiene que los 80 años no son una barrera, a diferencia “de lo que pueda pensar mucha gente”, y se siente satisfecha de poder seguir recaudando fondos para los proyectos del Instituto Jane Goodall de Tanzania, Uganda, República de Congo y República Democrática de Congo, Sudáfrica, Guinea, Senegal o Sierra Leona.
Sigue yendo dos veces al año a sus orígenes, a Gombe, en Tanzania, donde en 1960 descubrió cómo los chimpancés fabricaban y usaban utensilios, en este caso un palo, para cazar termitas que luego se zampaban. Hasta entonces se pensaba que sólo los humanos eran capaces de utilizar herramientas y fue un gran paso en el estudio del comportamiento de estos grandes primates.
Ahora centra sus actividades en la divulgación y concienciación y en la búsqueda de fondos para el Instituto Jane Goodall, creado en 1977 para promover la investigación y conservación de chimpancés y mejorar las condiciones de vida de las poblaciones africanas. La veterinaria gallega Rebeca Atencia es su mano derecha en la República de Congo, donde dirige el refugio de Tchimpounga. “Ahora tenemos 160 ejemplares. Gracias a las campañas de sensibilización cada vez llegan menos animales huérfanos, antes nos traían de 10 a 15 al año, ahora unos cuatro”, cuenta Atencia. “Las crías son testigos de cómo los cazadores furtivos matan a tiros y a machetazos a sus madres, quedan traumatizadas y nos ven a nosotros como a enemigos”, añade. Cuesta mucho que recuperen la confianza y que estén preparados para ser reintroducidos a la selva. “El año pasado liberamos a 15 chimpancés en una isla del río Kouilou. Están en un estado de semilibertad, pues les damos comida y tienen unas instalaciones en las que pueden cobijarse si quieren. La reintroducción al bosque abierto, sin ningún control, es muy agresiva, se tienen que enfrentar a muchos peligros, por eso empezamos por este paso previo”, subraya. El objetivo es liberar a otros 120 primates en esta y otras dos islas del mismo río congoleño.
En 20 años apenas se ha dejado en plena libertad a unos 40 chimpancés, en la República de Congo y en Guinea Bissau, apunta Atencia. Mientras esta veterinaria diseña programas para concienciar a los niños congoleños de la necesidad de preservar la vida salvaje, su mentora, Goodall, hace proselitismo entre los jóvenes de Occidente.