Girona pone límites al humo
El municipio crea una ordenanza para los clubs de cannabis
Girona se ha convertido en el primer municipio catalán que regula la apertura de clubs de fumadores de cannabis después de que el pleno del Ayuntamiento diera luz verde el pasado lunes por la noche a una ordenanza inspirada en la única que hasta entonces había en España, aprobada hace pocas semanas en San Sebastián.
La norma aprobada en Girona fija en 300 metros la distancia mínima entre un club de fumadores y un centro escolar y en 500 metros la distancia que debe haber con los centros de salud. La normativa, que se someterá a un periodo de exposición pública para que entidades, grupos y particulares puedan presentar alegaciones, llega después de que el Ayuntamiento recibiera varias peticiones para abrir nuevos locales de fumadores de cannabis. Actualmente sólo hay en la ciudad dos locales privados de dos asociaciones ubicados en la zona del Eixample y la Devesa, que podrán seguir con su actividad porque cumplen la normativa.
El pasado 4 de abril, el alcalde de Girona, Carles Puigdemont, firmó un decreto de alcaldía para vetar la apertura nuevos clubs de fumadores de cannabis a la espera de redactar una ordenanza específica. El objetivo era “establecer una reglas de juego” ante la inexistencia de una ley autonómica que regule esta actividad y ante la proliferación de locales. Un mes y ocho días después, el equipo de gobierno (CiU) llevó ayer a aprobación inicial el contenido de esta ordenanza, que con- tó con el apoyo de todos los grupos excepto del PP, que se abstuvo.
Entre otras cosas, la ordenanza establece que los clubs de fumadores de cannabis deben ser asociaciones registradas y tienen que cumplir con una serie de condiciones de seguridad, salubridad e higiene. Así, deben disponer de una salida de humos, un horario de apertura y no pueden hacer publicidad. La norma también fija que entre club y club no puede haber menos de 500 metros, para dificultar la presencia de más de un local en una misma calle y evitar conflictos vecinales. Además, los clubs deberán elaborar una guía de buenas prácticas y un protocolo de convivencia con los vecinos.
El concejal de Urbanismo y Actividades, Carles Ribas, explicó que la ordenanza pretende “regular la apertura de estos locales, que de no regularse se abrirían sin control”. El PP se abstuvo en la aprobación de la ordenanza al entender que el tema merece un “debate a fondo”.