Apple irrumpe en el negocio del ‘streaming’
La posible compra de Beats por el gigante tecnológico, por 2.300 millones de euros, sacude a la industria musical
La noticia, filtrada la semana pasada ha caído como una bomba en la industria musical. Según el diario londinense Financial Times, Apple está ultimando la compra, por 3.200 millones de dólares (más de 2.300 millones de euros), de Beats, la empresa que fabrica los auriculares favoritos de raperos, deportistas y estrellas de cine y que lanzó en enero un fulgurante servicio de música por subscripción. El gigante tecnológico, que hasta ahora se había limitado a las descargas digitales, irrumpe como un zorro en el gallinero del negocio de la música por streaming (una biblioteca a la que se accede por internet sin necesidad de descarga).
La cantidad ha descolocado a los analistas porque no encaja en la política tradicional de Apple: con Steve Jobs, sólo se llevaron a cabo adquisiciones de empresas mucho más modestas. Y sobre todo ha disparado las especulaciones sobre los movimientos tectónicos que puede desencadenar en la industria musical. Según los expertos, acelerará la salida a bol- sa de Spotify, el rey mundial del streaming con nueve millones de usuarios en 56 países.
“No sólo Spotify, sino todos los que se dedican a esto, tienen motivos para tener mucho miedo cuando Apple encuentre el modo de entrar en el streaming”, opina Mark Mulligan, experto tecnológico de Midia Consulting.
Hace diez años Apple transformó el negocio de la música, que por aquel entonces estaba siendo esquilmado por la piratería, cuando lanzó el iPod y iTunes. Hasta
Las ventas de música por descarga, en las que Apple se centraba con iTunes, van a la baja
ahora, la empresa del fallecido Jobs se había mantenido al margen del streaming. “Apple sólo está en el negocio de vender música para vender sus aparatos”, dice Mulligan. Pero ahora los hábitos de consumo musical parecen estar dando un vuelco. Mientras las ventas por descargas digitales dan síntomas de estancamiento, el streaming está en auge, a caballo de la penetración de los smartphones y las conexiones más rápidas a internet. Según el informe del año 2013 de la patronal mundial de empresas discográficas Ifpi, el negocio de streaming, por subscripción o gratuito, supone ya el 27% de los ingresos de la música digital frente al 14% del 2011.
El lema de moda es que el streaming es el futuro, lo que salvará a la música. Lo ha proclamado el productor Jimmy Iovine, cofundador de Beats con el rapero Dr. Dre. Empezaron en el 2008 fabricando auriculares, que rápidamente se colgaron los famosos más estilosos del planeta. En enero, lanzaron Beats Music, el servicio de streaming. “No lograremos que el negocio de la música vuelva al nivel de antes vendiendo canciones una a una –dijo Iovine, que ha producido a John Lennon, Bruce Springsteen o Tom Petty–. Tenemos que ir a la subscripción para que la industria florezca realmente”.
De momento, sin embargo, el negocio del streaming es infructuoso. Spotify, ni ninguno de sus competidores, ha logrado todavía tener beneficios. Pero tanto inversores como expertos creen que es cuestión de tiempo, aunque pueden pasar varios años.
La compra de Beats indica que también Apple –que ya tiene iTunes radio– cree en el streaming. Pero hay otros motivos. “Si el streaming fuera el único objetivo, con 3.200 millones de dólares podrían comprar Spotify”, dice Mulligan. En su opinión, Apple busca recuperar su poder de fas- cinación, un poco marchito, con una marca cool como Beats. También le permitirá diversificar su cartera de productos, con la venta de ordenadores en caída y una dura competencia en las tabletas. Y cree que la alianza supondrá una apuesta por la llamada wearable technology (tecnología portable). Relojes o auriculares conectados a internet. Ello permitiría a Apple recuperar el liderazgo en innovación que últimamente tantos le discuten.