La asesina de León confiesa: “Hace dos años que lo tenía en la cabeza”
Montserrat González y su hija ensayaron “varias veces” el ataque a la presidenta local del PP
Montserrat González confesó ayer a la policía que mató a Isabel Carrasco, presidenta del PP de León, por “inquina” y que ella y su hija Triana llevaban dos años planeando el crimen, uno después de que la joven fuera despedida de la Diputación. Ambas ensayaron el asesinato varias veces y en el piso de Triana la policía halló planos y documentos que así lo corroboran. También se encontró medio kilo de marihuana y un revólver que Montserrat había comprado a un traficante de drogas.
La idea del crimen empezó a germinar en la mente de Montserrat Gómez allá por el 2012, un año largo después de que su hija, Triana Martínez, hubiera perdido su trabajo como ingeniera de telecomunicaciones en la Diputación presidida por Isabel Carrasco, la víctima. “Lo tenía en la cabeza desde hace dos años”, dijo la madre a la policía cuando, en la noche del martes y tras más de 24 horas de negaciones y silencios, se rindió a las evidencias y se confesó autora material del asesinato de la dirigente popular.
Fue por “inquina” –admitió Montserrat–, a causa del despido y ulteriores reclamaciones económicas que, por importe de 12.000 euros, la Administración provincial dirigió a su exempleada interina. Fue, también, por cómo el PP frenó la carrera política que Triana quería hacer en el Ayuntamiento de Astorga, donde la familia llegó hace 11 años al ser desti-
RENCOR POR UN DESPIDO La madre mató a Carrasco por inquina, al culparla de que su hija quedara en paro
PLANOS , UN ARMA, DROGA . . . En el piso de Triana había planos para seguimiento, un revólver y marihuana
nado allí el padre y marido de las detenidas, Pablo Antonio Martínez, como jefe de la comisaría.
La confesión de Montserrat, de 55 años, no hizo más que corroborar lo que las pruebas señalaban con claridad. Al poco de haber detenido a las dos mujeres, la policía registró en la tarde del lunes el piso que Triana se compró hace años en León y ahora temía perder en un expediente de embargo por su deuda con la Diputación. En la diligencia, los agentes hallaron planos y otros documentos indicativos de que, tal como confesaría Montserrat, ella y su hija habían hecho seguimientos e incluso intentado “varias veces” matar a Carrasco. Si no lo hicieron antes del lunes fue por falta de medios, dijo la señora.
En el apartamento de Triana, los investigadores también hallaron un revólver 765 que no había sido utilizado y medio kilo de marihuana, según fuentes policiales.
El arma del crimen, una pistola Taurus de calibre 38, lo entregó por sorpresa una guardia urbana y amiga de Triana en la noche del martes; treinta horas después del asesinato. La policía dio una explicación tan inverosímil que sus compañeros del Cuerpo Nacional la detuvieron e imputaron como posible cómplice, si bien ayer mismo la dejaron en libertad con cargos, según Diario de León. Según la agente, la ingenie-
ra le había entregado “un paquete” en la tarde del lunes, al encontrarse las dos en León. Triana le habría dicho que venía de la compra y necesitaba que le guardara el objeto. Ella, en lugar de abrirlo –sostuvo–, contactó a la noche siguiente con un investigador de la Policía Nacional conocido suyo.
Por si la historieta no fuera lo bastante endeble, los investigadores dieron con sendos tickets de aparcamiento en poder de Triana y la agente, cuyos datos mostraban que las dos aparcaron sus coches sobre la misma hora del lunes, cerca el uno del otro. La entrega hubo de hacerse en los 7 minutos que mediaron entre la detención de Montserrat y la de Triana. Antes, obviamente, la madre había pasado el arma a la hija para que se deshiciera de ella.
Fuentes de la investigación informaron que las detenidas compraron esa pistola –la del crimen– a un narcotraficante de Gijón que al parecer murió hace alrededor de un año.
El análisis del arma permitió
ARMA COMPRADA A UN NARCO Montserrat compró a un traficante de drogas la pistola que usó en el asesinato
POLICÍA LOCAL DETENIDA El arma del crimen la entregó 30 horas más tarde una agente local que ha sido arrestada
verificar que la asesina disparó cuatro tiros a Carrasco –de los que tres hicieron impacto– y aun intentó un quinto que no salió al encasquillarse el gatillo. El examen forense probó que los disparos se hicieron por la espalda, el último como remate.
En la rápida detención de Montserrat y Triana tuvo un papel decisivo el policía retirado que vio el asesinato y siguió a la madre en su huida –tomó un camino distinto al de su hija– al tiempo que informaba por teléfono a los excompañeros. Montserrat llevaba, según el testigo, un chaquetón y un gorro para taparse la cara. Las prendas aparecieron en el Mercedes donde ella y su hija iban a huir. Todo lo tenían planeado, pero mal planeado.