EL ESPECTADOR
¿Habéis visto los anuncios de los partidos que difunden las televisiones públicas? Tratan de pedir el voto del día 25 para sus candidatos. Se supone que han seguido el ritual de todas las promociones: se estudia el mercado, se investiga qué es lo que la gente quiere ver, se analiza el contenido que se quiere colocar y sobre esos datos técnicos se ingenia el eslogan brillante y se lanza el mensaje que seduzca al reticente electorado.