Barcelona, capital del genoma
LA designación de Barcelona como nueva sede del Archivo Europeo del Genoma-Fenoma (EGA), que contiene datos de 100.000 personas de centros de investigación de todo el mundo, supone un importante reconocimiento internacional al trabajo que se desarrolla en este ámbito científico en la ciudad, que desde hace años se ha marcado como objetivo ser un centro de referencia de la biomedicina mundial.
La tarea desarrollada por el Centre de Regulació Genòmica (CRG) desde el año 2000 ha sido clave para la citada elección de la ciudad, dado el elevado nivel que ha alcanzado en investigación genética y genómica. A ello se suma también la presencia, desde el 2010, del Centro Nacional de Análisis Genómico. El factor determinante, sin embargo, es la existencia en la capital catalana del Supercomputing Center-Centro Nacional de Supercomputación, donde se instalarán, almacenarán y procesarán los datos científicos de dicho archivo.
El enorme número de datos existente sobre información de variantes genómicas –unas de personas enfermas (cáncer, enfermedades degenerativas, etcétera) y otras no– constituye una herramienta de enorme valor para que la comunidad científica internacional pueda avanzar en la medicina preventiva.
Los datos que contendrá la sede barcelonesa del Archivo Europeo del Genoma-Fenoma (EGA) son una copia de los que ya existen en el European Bioinformatics Institute (EBI) de Inglaterra, que no puede crecer indefinidamente en su sede de Cambridge y que ha elegido Barcelona para externalizarse. Estará gestionado de forma compartida entre nueve personas en la sede británica y seis en la barcelonesa. Su importancia no es cuantitativa sino cualitativa, ya que tiene un gran carácter estratégico, en la medida en que permitirá ampliar las posibilidades científicas para participar –desde la capital catalana– en las nuevas investigaciones punteras en genoma en Europa.
En este sentido, es un pequeño pero gran paso para la atracción de más talento científico que permita consolidar Barcelona como capital de referencia en biomedicina. Todo ello ha sido posible gracias a la colaboración entre la iniciativa pública, tanto de la Generalitat como de la Administración central, y la privada, a través del mecenazgo, y constituye una dinámica que debería repetirse y multiplicarse en el futuro para potenciar la inversión y la apuesta por la investigación en uno de los ámbitos de la ciencia con mayores posibilidades de desarrollo para mejorar la salud y la vida de las personas.