Reducción de gaviotas y palomas
Nueva campaña para controlar las colonias de pájaros
El control de las poblaciones de palomas y gaviotas en Barcelona le costará a la ciudad unos 200.000 euros de aquí al verano del 2016, sin contar el gasto corriente de personal y recursos propios de la Agència de Salut Pública de la ciudad (ASPB). La agencia ha sacado a concurso por un importe máximo de 205.548 euros el nuevo contrato para la vigilancia y control de las poblacio- nes de estos animales, que tendrá una duración de 27 meses y que incorpora, como novedad, el encargo de hacer un nuevo censo de palomas, y de llevar a cabo una vigilancia sanitaria, identificando la presencia de determinadas bacterias en estas aves.
La campaña de control de palomas pretende seguir reduciendo la población de estos animales en la ciudad, mediante la captura y el sacrificio (aunque ya en los últimos años se ha reducido el número de actuaciones) y con la retirada de nidos. En cuanto a las gaviotas, no se sacrifican, pero sí se destruyen nidos y huevos.
El último censo de palomas en Barcelona, del año 2012, estimaba que había unas 150.000 en toda la ciudad. La cifra actual se desconoce pero es menor, porque se han sacrificado más de 25.000 pájaros cada año. En todo caso, debe estar todavía por encima de los 100.000. Hace siete años, la población se cifró en 256.000 palomas. Hay un referente estándar para ciudades con palomas, según el cual no debería haber más de 500 o 600 individuos por kilómetro cuadrado, lo que en Barcelona significaría no más de 60.000 palomas. Pero estas recomendaciones no se aplican al pie de la letra. Tomás Montalvo, responsable del programa de vigilancia y control de aves salvajes urbanas en Barcelona, argumenta que “hay que fijarse en la densidad por zonas, porque las palomas tienen un hábitat más favorable en cascos viejos, con edificios más antiguos. Así, en Ciutat Vella hay áreas con 2.500 o 3.000 palomas por kilómetro cuadrado; también hay mucha densidad en los cascos viejos de Gràcia o Sant Andreu y, en cambio, hay distritos como Les Corts con poca población”.
No hay un objetivo de llegar a una cifra concreta de palomas en la ciudad. Se trata de ir reduciendo su presencia allí donde hay más, para tender a una conviven
cia entre humanos y palomas, en
El último censo de palomas, del año 2012, estimaba en unos 150.000 el número de ejemplares
la que estas no supongan un problema excesivo por riesgo de transmisión de enfermedades o por deterioro de inmuebles y mobiliario urbano con sus defecaciones. Lo ideal, lo ecológico, sostienen los técnicos, sería que sólo hubiesen las palomas que pudieran mantenerse por ellas mismas, alimentándose de lo que encontrasen en parques, jardines y parterres, sin recurrir a los residuos ni a las personas que habitualmente les dan comida.
Así como con las palomas se mantiene el sistema de captura con red, traslado en jaula y sacrificio por asfixia con CO , con las ga
2 viotas no se ha decidido una política similar, aunque con el cierre de vertederos en el extrarradio en los últimos años ha aumentado su presencia en la ciudad. En el pliego de condiciones del contrato que está en concurso se señala que se habrán de atender la retirada de nidos, huevos o polluelos no voladores. Se marca un mínimo de 175 servicios de este tipo, que se realizarán entre abril y julio, los meses de procreación.
La prevención sanitaria se incluye también en el contrato, que obliga a sacar muestras en palomas y gaviotas de bacterias como el campylobacter ( que se encuentra en los intestinos de muchos animales y que puede causar afecciones digestivas y abdominales a los humanos) y la salmonela, que causa gastroenteritis aguda.