Dimiten las directoras del ‘New York Times’ y ‘Le Monde’
Natalie Nougayrède dimite en París y Jill Abramson sorprende en Nueva York con su inesperada renuncia al cargo
Dos diarios de prestigio, en dos continentes diferentes y en el mismo día, pasaron por idéntico seísmo interno.
Ayer, en París, la directora de Le Monde, Natalie Nougayrède, anunció su dimisión tras 14 meses en el puesto. En Nueva York, Jill Abramson, renunció al cargo que la convirtió en la primera directora en la historia del The New York Times.
El rotativo con sede en Manhattan anunció la “inesperada” dimisión de Abramson, de 60 años, que tomó posesión en el 2011. Su trayectoria en la dirección está marcada por la implantación del modelo de suscripción digital y la oferta de nuevos productos on line.
Tras una epoca de crisis, el editor del Times, Arthur Sulzberger Jr., hizo gala la semana pasada del éxito logrado con esa suscripción digital y la recuperación de ventas del diario impreso. La nota del diario, en la que se reconocía que “no están claros los motivos del cambio”, explicó que Dean Baquet, de 57 años, reportero ganador del Pulitzer, le sustituirá. Será el primer afroamericano al frente de la Dama Gris.
“Adoro mi carrera en The Times”, dijo Abramson en un comunicado. “He trabajado con el mejor periodismo que se está haciendo en el mundo”, añadió en su nota, en la que señaló como uno de sus logros el haber puesto a mujeres al mando.
En el libro La Prensa sin Gutenberg dos periodistas de Le Monde, Bruno Patiño y Jean-
El rotativo neoyorquino hace otra vez historia al nombrar su primer director negro
François Fogel, alertaban en el 2005 del duro trastorno que iba a suponer adaptar los periódicos tradicionales al entorno digital. En Francia así parece ser. Natalie Nougayrède presentó su dimisión a causa de la resistencia de la redacción a sus planes para reformar el sistema de producción informativa y, especialmente, para adaptar el diario al proyecto digital.
El detonante fue la dimisión la pasada semana de siete redactores jefe, a los que se sumaron días después dos directores adjuntos, Vincent Giret y Michel Guerrin. En un correo interno, los redactores denunciaron “disfunciones importantes, falta de confianza y de comunicación” con la directora. Era el estallido final de un proceso de resistencia interna que se inició al poco de llegar Nougayrède, de 46 años, y brillante excorresponsal internacional pero con nula experiencia en gestión, a la dirección de Le Monde.
Los accionistas mayoritarios, el mecenas Pierre Bergé, el inversor en internet Xavier Niel y el banquero Matthieu Pigasse, confiaron en Nougayrède para que acelerara los planes de cambio que puso en marcha Erik Izraelewicz, que falleció de repente en marzo del 2013. Planes que pasaban por mejorar los suplementos en papel y reforzar la versión digital (de pago) del rotativo. Para este objetivo la directora, incluso, había trasladado a 50 de los 300 periodistas del papel a este objetivo, lo que irritó a la redacción.
Le Monde, con una tirada de 330.000 ejemplares y una edición digital de pago que representa ya el 10% de sus lectores, observa con inquietud las crisis de otros diarios franceses.