La grandeza coral sueca
El Eric Ericson Kammarkör llega al Palau con un sofisticado programa a cappella
Por qué será que entre los mejores coros europeos del momento se cuentan las formaciones suecas: el Eric Ericson Kammarkör, el de la Radio Sueca... Por mucho que el actual director del primero, Fredrik Malmberg, se empeñe en ensalzar las excelencias de la tradición coral catalana –“también en Barcelona tenéis muy buenos coros”, dice al teléfono–, se diría que la del país nórdico no encuentra parangón. ¿A qué se debe?
“A finales del siglo XIX y principios del XX hubo un gran movimiento estudiantil alrededor del canto coral –explica– y por otra parte en Suecia tenemos un coro en cada iglesia, lo que da unas posibilidades infinitas de encontrar uno que esté a tu nivel. Dicen que nuestra tradición también se debe al idioma, pero creo que tiene más que ver con la mentalidad: nos gusta el consenso. Y no hace el buen tiempo que hace en Barcelona”.
De los 9 millones de habitantes que tiene Suecia, ¡600.000 cantan en un coro! Lo cual no necesariamente es una ventaja para los conjuntos profesionales. “Cuando necesitamos subsistir económicamente se hace difícil explicar que somos profesionales”, dice Malmberg. Activo en la dirección coral y en la de orquesta (Sinfónica de la Radio Sueca, Orquesta del Mariinski...), así como solicitado pianista y organista, Fredrik Malmberg fue designado en el 2012 para el prestigioso cargo de director principal del coro que fundara en 1945 Eric Ericson, un maestro revolucionario que influyó decisivamente en la educación de las nuevas generaciones de cantantes.
¿Cómo se plantea Malmberg la continuidad del trabajo de Eric- son, fallecido en febrero del 2013 a los 94 años de edad? “Él se caracterizaba por estar abierto a todo lo que era nuevo. Y en este sentido la sociedad ha cambiado, y con ella sus gustos musicales; ya no hacemos Bach como en los ochenta y también la música contemporánea es otra, de modo que siempre tienes un nuevo enfoque. Lo que sí mantenemos es la actitud de escucha entre los cantantes, ese tratamiento de cámara. No importa que estemos cantando Brahms”.
Con Fest und Gendenksprüche (1888) de Brahms arranca el concierto a cappella de esta noche (20.30 h) en el Palau de la Música, con un programa representativo del repertorio cultivado por el propio Ericson, de gran dificultad. Será la primera de las joyas corales,
“Seguimos fieles a la actitud de escucha de un coro de cámara que promovía Eric Ericson”
a la que seguirá la rompedora Lux Aeterna de Ligeti (1966), usada para 2001: Odisea en el espacio, y Friede auf Erden de Schönberg, su último trabajo antes de pasarse al serialismo. En la segunda parte del concierto sonarán la hermosa y moderna Elegi, de Lars Edlund, una de las obras de mayor envergadura del repertorio sueco moderno y que Eric Ericson hacía en los setenta, y para acabar, Figure humaine, la cantata de Poulenc y el poeta Paul Éluard. “Todo el concierto –concluye Malmberg– conduce a los últimos movimientos de esta pieza que advierte de los horrores de la guerra pero que emana libertad y esperanza”.