La violencia antichina se propaga por Vietnam
Pekín acusa a Hanói de “indulgencia” tras la muerte de 21 personas
La violencia antichina se ha extendido como un reguero de pólvora por todo Vietnam. Al menos 21 personas resultaron muertas y otras 149 heridas tras varios enfrentamientos entre manifestantes vietnamitas y trabajadores chinos en diversas provincias de este país. Unos ataques que tienen su origen en las protestas vietnamitas por la implantación de una plataforma petrolera china en aguas de las islas Paracelso, que se disputan China y Vietnam.
La agresividad contra ciudadanos e intereses chinos en Vietnam se disparó ayer de manera inesperada y se extendió a 22 de las 63 provincias de Vietnam. Unos ataques que afectaron a 400 empresas chinas y taiwanesas, según indicaron fuentes oficiales vietnamitas. Las firmas de Taiwán también sufren la ferocidad de los manifestantes, debido a que estos asaltan desde el pasado martes cualquier instalación con rótulos chinos, sin distinguir si su origen es taiwanés o chino.
Todo apunta a que la ola de violencia antichina ha provocado la muerte de al menos 21 personas, hasta la noche del miércoles, según indicó un médico de un hospital de la provincia central de Ha Tinh a la agencia Reuters. Y otras 149 personas resultaron heridas de diversa consideración, según fuentes oficiales.
Esta explosión de agresividad ha desencadenado asimismo la huida de numerosos trabajadores chinos y taiwaneses, que desde el miércoles intentan abandonar Vietnam por tierra, mar y aire. Al menos 600 chinos han cruzado ya la frontera terrestre con Camboya, según indicó la policía fronteriza de este país. Y la compañía aérea China Airlines fletó ayer dos vuelos adicionales para evacuar a los taiwaneses desde la ciudad de Ho Chi Minh, según la agencia de noticias de Taiwán.
Las autoridades de Taipéi adoptaron esta decisión después de que ayer el grupo siderúrgico Formosa Plastics, el mayor inversor taiwanés en Vietnam, fuera asaltado la noche del miércoles al jueves. Como consecuencia de esta agitación, numerosas empresas chinas y taiwanesas han decidido suspender sus producción y cerrar sus puertas, a la espera de que se calme la situación. Un funcionario de alto nivel taiwanés señaló que muchos empresarios es-
Centenares de chinos huyen a Camboya y empresarios de Taiwán optan por regresar a Taipéi
tán demasiado asustados para quedarse y han decidido abandonar temporalmente Vietnam.
China, por su parte, reiteró ayer sus quejas y acusó de connivencia a las autoridades de Hanói. La portavoz del ministerio de Asuntos Exteriores, Hua Chunying, afirmó en rueda de prensa que “este estallido de vio- lencia esta directamente relacionado con la indulgencia del Gobierno vietnamita y su connivencia con una parte de las fuerzas antichinas y de provocadores de disturbios”. Varios observadores comparten esta opinión y consideran que las autoridades de Hanói permiten las manifestaciones con el fin de expresar su descontento hacia Pekín.
Unas observaciones a las que habría dado pie el primer ministro vietnamita. Nguyen Tan Dung ha calificado la situación de “muy sería” y señalado que los alborotadores violentos deben ser castigados. No obstante, también ha dado a entender que la demostración de patriotismo es un hecho normal entre la población de un país. Una declaración que se interpreta como una muestra de apoyo a los manifestantes.
En el origen de estas protestas se halla la decisión de las autoridades de Pekín de dar luz verde, a primeros de mayo, a la compañía estatal CNOOC para que instale una plataforma petrolera en las aguas de las islas Paracelso. Un archipiélago rico en recursos naturales, cuya soberanía se disputan China y Vietnam. La tensión en esta región se ha disparado después de que buques del gigante asiático y vietnamitas hayan protagonizado diversos enfrentamientos en los últimos días.