El ejército de Tailandia amenaza con intervenir para acabar con la crisis
El ejército de Tailandia amenazó ayer con protagonizar un golpe de Estado que acabe con la crisis política que mantiene bloqueado este país del sudeste asiático desde hace más de seis meses.
Es la primera vez que las fuerzas armadas lanzan esta advertencia a la clase política del país de la sonrisa, como se conoce a la segunda economía de la región.
“Si la violencia continua, los militares deberemos quizá salir (...) para restaurar la paz y el or- den”, dijo el jefe del ejército, Prayuth Chan-O-Cha, en una nota oficial en la que subraya que sus tropas “podrían verse obligadas a recurrir a la fuerza para resolver la situación”.
Esta declaración del principal responsable militar tiene lugar en unos momentos en que la incertidumbre se ha apoderado del país. Por una parte, los manifestantes antigubernamentales mantienen la presión para que el Ejecutivo dimita y acepte la creación de un consejo popular no electo que reforme la constitu- ción antes de que se celebren unas nuevas elecciones.
Y, por otra parte, la Comisión Electoral sugirió ayer mismo retrasar de nuevo la convocatoria electoral anunciada para el 20 de julio, que había pactado con la ya ex primera ministra Yingluck Shinawatra. Una convocatoria que su sucesor, Niwattumrong Boonsongpaisan, pretende mantener. La Comisión Electoral alude al clima de inestabilidad política para plantear este nuevo retraso.
Tanto la advertencia de las fuerzas armadas como la sugeren- cia de retrasar la convocatoria electoral tuvieron lugar pocas horas después de que estallasen dos granadas en una concentración de manifestantes antigubernamentales en el centro de Bangkok. El ataque causo la muerte de tres personas e hirió a otras 21.
Esta muestra de violencia es la primera que se produce en varias semanas y tiene lugar pocos días después de que la primera ministra Yingluck se viera obligada a dimitir, acusada de abuso de poder. Una coyuntura que ha aprovechado el líder de este movimiento popular, Suthep Thaugsuban, apoyado por la oposición conservadora, para anunciar que había llegado el momento decisivo de expulsar al Gobierno y poner en marcha su proyecto la reforma constitucional.
Una iniciativa que ha impulsado a los camisas rojas –movimiento formado por la población rural y por las clases menos favorecidas– a salir a la calle a defender el Gobierno electo y el pro-
La advertencia militar llega el mismo día en que la Comisión Electoral propone retrasar las elecciones
ceso democrático. La movilización podría derivar en una guerra civil si los manifestantes antigubernamentales persisten en su voluntad de derrocar al Ejecutivo.