Margallo alerta del fracaso de “estados liliputienses”
El ministro advierte que la fragmentación es el sueño de las multinacionales
La cuestión catalana volvió ayer al centro de la campaña electoral del PP de manos del ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García Margallo, que aprovechó su presencia en un acto del PP del País Vasco, en San Sebastián, para alertar a los ciudadanos de lo que les ocurriría a “estados liliputienses” como serían Catalunya y el País Vasco, si se indepen-
El ministro dice que Catalunya quedaría excluida de la UE “desde el minuto uno” y no se la aceptaría
dizaran de España. Y lo que les ocurriría, señaló, es que acabarían mandando en ellos las multinacionales. “Para los grandes grupos multinacionales, la fragmentación y debilitamiento de los estados es el gran sueño” para “poder imponer sus decisiones a los Estados liliputienses”
Lo que algunos dirigentes de partidos favorables al proceso soberanista catalán ven como un apoyo a sus postulados, la existen- cia de miles de multinacionales en Catalunya, que presionarían a Europa para que se aceptará a una Catalunya independiente en su seno, el ministro de Exteriores lo ve como un peligro para el Estado que resultaría de la independencia catalana.
Margallo explicó ayer que de las 150 grandes economías del mundo, 87 son grupos multinacionales y sólo 63 son Estados, por lo que “la regresión hacia un proceso secesionista” a su juicio no tiene sentido, no sólo por razones sentimentales, sino “en términos prácticos”, ya que la independencia le supondría a Catalunya, dijo, un “empobrecimiento del 30%” y la “quiebra inmediata”.
Además Margallo insistió en lo que viene siendo su discurso desde que comenzó el proceso soberanista: una Catalunya independiente quedaría fuera de la Unión Europea. “No sería expulsada de la UE”, dijo, sino que “quedaría excluida desde el minuto uno”.
Siguiendo el razonamiento que el candidato del PPE a presidir la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, expuso en su entrevista en La Vanguardia, para volver a integrarse, debería ser aceptada por unanimidad por todos los estados miembros y eso “no ocurriría nunca”.