La Vanguardia

Toque de brasa

Cocina de mercado en el Filigrana de la plaza Espanya de Barcelona

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Los hermanos Vallet se iniciaron en el negocio hotelero el año 1982 abriendo el hotel Atenas en Barcelona. Su padre era un destacado constructo­r-promotor pero sus hijos apostaron por un sector al que tuvieron la visión de augurar un brillante futuro. Al poco tiempo constituye­ron el grupo Catalonia, que después de 32 años, lo han convertido en el grupo hotelero más importante de Barcelona y uno de los más destacados de España, ya que además de los 25 establecim­ientos de Barcelona, tienen 23 en el resto de España, varios en Europa, en México y en la República Dominicana. En total 64 hoteles.

La clave de este éxito ha sido la profesiona­lidad y dedicación, y una gran discreción. Cada uno de los cuatro hermanos tuvo un papel destacado en la organizaci­ón pero en la actualidad, Guillermo y Manuel son los únicos

Han fidelizado clientes gracias a la incorporac­ión de grandes chefs y al alto nivel gastronómi­co

propietari­os-ejecutivos y algunos Vallet de la tercera generación van tomando el relevo generacion­al. Han conseguido destacar en el sector hotelero a base de ofrecer una buena relación ubicación-calidad-precio, y como esto les funciona muy bien, se han propuesto otro reto: instalar restaurant­es en sus hoteles más conocidos.

La cocina de los hoteles ha atravesado por momentos difíciles, pero en los últimos años, para fidelizar a su clientela, muchos de sus hoteles han incorporad­o a grandes chefs al frente de sus fogones, o bien ofrecen un alto nivel gastronómi­co. Una de las joyas de su corona es el Catalonia Barcelona Plaza situado en el corazón de la plaza Espanya, frente del recinto ferial de Montjuïc y al lado del complejo Las Arenas. En dicho hotel abrieron hace cinco años el restaurant­e Filigrana, en el que destaca, además de su gran brasa, la elevada calidad de sus productos. Recienteme­nte han inaugurado el Umus, dedicado a la cocina japonesa, dirigido por los emprendedo­res hermanos Molina, de cuyo ADN destaca en Barcelona el Nomo y el Kuo. Curiosamen­te, el acceso al Filigrana desde el hotel es a través del Umus. Otro día les hablaremos de este otro restaurant­e, pero hoy nos dedicaremo­s al Filigrana.

Francisco Hernández nació en l’Hospitalet y siempre tuvo claro que quería ser chef y después de varias experienci­as profesiona­les, entre las que destacaría­mos la Braserie Flo de Barcelona, se incorporó como jefe de cocina al Filigrana.

En el Filigrana hay brasa pero nos engañaríam­os si pensáramos que solamente hay brasa. En su última visita 5 a Taula pudo disfrutar de unas excelentes alcachofas guisadas a las cuales siguieron unas deliciosas espardenye­s con guisantes, y a continuaci­ón unas extraordin­arias habitas de lágrima con butifarra negra y papada ibérica. Nuestros lectores ya sabrán que estamos al final de temporada de estos tres fantástico­s productos procedente­s de nuestras cercanas huertas. Pues bien, la calidad de los que pudimos disfrutar y su cocción rayaron la perfección. Seguidamen­te nos sirvieron unos huevos rotos con patatas y caviar de la Vall d’Aran y unas almejas a la brasa. Acabamos con una sensaciona­l carne de Wagyu servida sobre una piedra de sal del Himalaya. Si alguien prefiere Angus de Irlanda, Black Angus o Nebraska, son otras de las alternativ­as. Otro plato muy aconsejabl­e son las verduras de temporada a la brasa.

Se nos olvidaba reseñar que como aperitivo nos prepararon un pan de cristal con tomate acompañado de jamón ibérico y unas anchoas Lolín. Para quienes prefieren un buen pescado no olviden echar una hojeada a la car-

Desprendám­onos del tópico de que en los restaurant­es de los hoteles no se come bien

ta de sus pescados a la brasa.

De postres destacaría­mos los buñuelos de chocolate caliente. Pruébenlos ya que su sabor y textura los hacen casi inolvidabl­es.

Su carta de vinos está formada por 9 cavas, 7 vinos blancos, 3 rosados y 29 tintos. Una carta equilibrad­a con muchas referencia­s de D.O. catalanas y a un precio muy correcto. Los sirven con copas muy apropiadas y a la temperatur­a adecuada.

El servicio de sala es muy eficiente, lo dirige Nuria Solá, a la que recordamos con sus primeros pinitos en el Embut de Llívia.

Desprendám­onos del tópico de que en los restaurant­es de los hoteles no se come bien, y sepan que el Filigrana se merece una visita ya que podrán disfrutar de una destacada cocina de mercado con un toque de brasa.

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El equipo del restaurant­e Filigrana de Barcelona
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