Nuestros parientes, los monos
Huyendo aterrorizado de Entre todos (TVE1), apenas escucho su sintonía, esta misma semana he hallado una serie extraordinaria, Descubriendo a los monos, que se ha emitido en La 2 de TVE.
Monkeys revealed en su título original es una serie británica que me ha parecido fascinante y casi filosófica, pues coloca al espectador no sólo ante la vida de nuestros cercanos parientes, los monos y lémures, sino que induce a la reflexión sobre nuestra manera de ser y de actuar. ¿Quién es el maestro y quién el alumno?
En el documental del que les estoy escribiendo descubrimos que las más de 400 especies de primates poseen cerebros altamente desarrollados –lo que, por cierto, no puede decirse de todos los humanos–, rostros con ojos frontales, que les proporcionan visión tridimensional, y manos prensiles, que resultan fundamentales para su existencia y desenvolverse en el medio hostil, peligroso y complejo en el que viven.
Poseen también una inagotable curiosidad, acompañada de considerable capacidad de aprendizaje y observación, que les permite resolver toda clase de problemas. Desde abrir puertas y ventanas o buscar acomodo y refugio en las copas de los árboles o en cuevas, hasta organizarse para resistir temperaturas gélidas o fabricarse paraguas para la lluvia.
Los papiones de Kenia son carnívoros y cazan flamencos salvajes, que devoran con tanta fruición como nosotros nos zampamos un pollo indefenso e industrial. El tití amazónico, cuyo peso no es mayor que el de una manzana, se las ingenia para alimentarse de la savia de los árboles. Los monos araña mexicanos son de los pocos que carecen de dedos pulgares, lo que les impide despiojarse y acicalarse unos a otros, pero suplen su minusvalía con estrechos y largos abrazos. Los gelades etíopes han desarrollado un complejo lenguaje verbal, con el que se comunican. Hay chimpancés nocturnos y depredadores, que avanzan por la selva en inquietante formación, conducidos por su jefe, hasta abatirse sobre sus presas. No son, pues, individuos ejemplares a los que imitar; sin embargo sus primos bonobos, residenciados a orillas del río Congo, son pacíficos, tiernos, compasivos y empáticos, además de hábiles artesanos y han desarrollado una cultura en que el sexo rápido, casual y sin más compromiso constituye un eficiente y altamente satisfactorio medio de socialización. Los macacos de cola larga toman agradables baños de mar y comen marisco.
Y encima no pagan IRPF.