El Macba hace emerger la historia de los ochenta
La nueva lectura de la colección muestra obras inéditas
Desde luego, no es habitual entrar en un museo como el Macba y darse de bruces con un oso disecado que, como uno de esos chistes tristes que sin embargo no evitan la risa, parece llevar siglos plantado ante la chimenea (cortesía de Carlos Pazos); para unos pasos más adelante escuchar la sobrecogedora Misa flamenca de Enrique Morente; revisitar el mundo rockero barcelonés de las mano de Gritos... a ritmo fuerte, la película del gran José María Nunes; sonreír ante la chuleta escolar de Isidoro Valcárcel Medina encerrada en una vitrina (una reflexión sobre el acto creativo); descubrir un retrato de la duquesa de Alba firmado por Martin Kippenbergerd en Sevilla o, en fin, deslizarse en un emocionante y divertido viaje sonoro a través del tiempo –el volumen de la música aumenta con el paso de las horas– con calas en el rock radikal vasco o la ruta del bakalao...
Claro que, La herencia inmaterial. Ensayando desde la Colección, tampoco es una exposición al uso. Rigurosa y desacomplejada, rica en hallazgos y sentido del humor, se trata del primer capítulo de una serie de tres – Aquí comienza nuestra historia– que, de la mano de la cultura popular y la literatura, repasará los momentos de ruptura que se han producido en el ámbito de las prácticas artísticas, desde finales de los años setenta hasta principios de los noventa. Valentín Roma, comisario que ha contado con un equipo de colaboradores de lujo (Julián Rodríguez, Víctor Lenore y Antònia M. Perelló), toma el título de la exposición del libro homónimo de Giovanni Levi, uno de los primeros teóricos de la microhistoria, rama de la historiografía que se centra más en lo inadvertido que en los macroeventos y las grandes efemérides. Y es desde esa mirada mucho más sofisticada y desmitificadora, que el comisario propone una lectura nada previsible y por eso mismo mucho más valiosa. “Del final de la dictadura a los Juegos Olímpicos, de la era del fanzine al blog”, el recorrido
‘El ojo escucha’ revisa la trayectoria de Eugeni Bonet como comisario, artista y teórico
esquiva lo obvio y hace aflorar grandes obras de colección. muchas de las cuales se muestran por primera vez en el museo.
La muestra se articula en torno a seis ámbitos temáticos: Lo sagrado y lo popular, La calle, el mapa, El cuerpo y su reverso, Políticas de ficción, Autobiografía y tautología y Lo intangible. Un centenar de obras que se sitúan al margen de la historia oficial (el tan manido retorno a la pintura) y que el comisario ha dis- puesto junto a materiales de época, revistas y libros claveteados en las paredes, artículos de prensa, cómics.... También hay pintura, claro, como la réplica mordaz de Rafael Agredano sobre Picasso ( Avignon Guys) o propuestas desmitificadoras como la de Muntadas ( Pintar es fácil); está el Brossa más humorístico y también hay poéticas esculturas de Eva Lotz; instalaciones de Pedro G Romero y el agit-prop o propaganda de agitación de Agustín Parejo, películas de Joaquim Jordà, las camas vacías de Hans-Peter Feldman, las tablas de Daniel G. Andújar sobre el poder icónico de los logotipos de las grandes corporaciones, performances del recientemente desaparecido Jaume Xifra, el Pols de Ignasi Aballí o la Bandera de la Free International University for Creativity, proyecto de creación y aprendizaje, realizado junto con el Nobel Heinrich Böll.
De forma simultánea, y también de la mano de Valentín Roma, el Macba estrena El ojo escucha. una muestra que repasa la trayectoria de Eugeni Bonet como comisario, artista experimental y teórico. Asimismo inaugura una nueva política de precios por la que una entrada da acceso al museo cuantas veces se quiera durante un mes.