Cañete enciende la campaña con su alusión a las mujeres
El candidato dice que fue clemente con Valenciano para no parecer machista El PSOE se crece y la vicepresidenta quita gravedad al comentario
El crimen de León ha paralizado la campaña electoral con un retrato sórdido de la política provincial. Al ponerse de nuevo en marcha, el Partido Popular resbala en un charco de Varon Dandy, esa colonia para hombres con pelo en el pecho que la casa Parera popularizó en los años sesenta. Unas declaraciones de acentuado sesgo sexista del candidato Miguel Arias Cañete –“el debate con una mujer es difícil, si haces un abuso de superioridad intelectual, parece que eres un machista y estás acorralando a una mujer indefensa”– dieron ayer la vuelta a España. Un desagradable pellizco al electorado femenino. Un incentivo para el voto anti-PP
Arias Cañete no fue el vencedor del debate del jueves en La 1, pero el PP no vivió ningún desastre. Derrota a los puntos. El programa lo vieron unos dos millones de personas (9,5% de share) y pronto iba a pasar a un segundo plano.
Elena Valenciano se había preparado mejor. Arias Cañete, entregado a una campaña muy viajera –visita a las terneras de una granja de Torrelavega, elogio de la sobrasada en Mallorca, encuentro con agricultores en la plaza mayor de Lora del Río...–, no se preparó, o se dejó aconsejar en exceso. Llegó al estudio con un montón de notas manuscritas, mientras su rival comparecía con los argumentos perfectamente memorizados. Se atascó en la lectura de algunos papeles y empezó a ponerse nervioso. Los primeros planos no le favorecían. El candidato campechano estaba enfurruñado. El abogado del Estado que figura como uno de los mejores conocedores de la legis- lación comunitaria no es un hombre al que le guste perder. Varon Dandy con aires de Jerez de la Frontera, ciudad en la que está enraízado.
Transcurridas unas pocas horas de sueño, el candidato popular se confesó con Susana Griso, conductora de Espejo público, programa matinal de Antena 3, y dejó escapar el orgullo herido a borbotones. Arquetipo masculino en blanco y negro, lenguaje de antaño. No es que yo perdiese el combate, es que me tuve que frenar para no parecer un abusón, vino a decir el exministro. Arias arruinó su campaña, sin que ello signifique, necesariamente, la derrota del PP el 25 de mayo.
Desde el punto de vista de la comunicación política, el candidato cometió una sucesión de errores casi increíble: disgustó a las mujeres; soprendió desagradablemente a buena parte de las nuevas generaciones, más acostumbradas a la lavanda que al Va- ron Dandy; proclamó en público su derrota después de un debate en principio poco decisivo; alentó la difusión viral y masiva de un mensaje negativo para sus intereses; proyectó a Valenciano como vencedora moral de la campaña; levantó la moral del PSOE; confirmó a los socialistas que acertaron al colocar a una mujer al frente de su lista; reafirmó algunos de los arquetipos negativos que siguen pesando sobre la derecha española, y estimuló el voto anti- PP. Este último es el aspecto más relevante del suceso.
Mariano Rajoy había seleccionado a un hombre “campechano” que, de entrada, no movilizaba el voto adversario. Todo el mundo, sin embargo, tiene un punto débil. Arias Cañete, hombre de verbo fácil, ya había hecho algunas incursiones problemáticas en la narrativa femenina. “El regadío es como las mujeres, hay que saberlas tratar con cuidado”, declaró hace unos meses.
El exministro comete un increíble error de comunicación, que deja atónito al PP Ventaja socialista; la vicepresidenta del Gobierno, obligada a salir a la palestra Paralizada tras el crimen de León, la campaña se reaviva al viejo estilo español
Aluvión de críticas. Avalancha en Twitter, red soliviantada con el Gobierno tras el suceso de León. Silencios embarazosos, con la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría intentando mirar hacía otro lado. Jesús Posada, presidente del Congreso, uno de los pocos en admitir el fallo.
Estimulo del voto anti-PP, con una duda. ¿Lo recogerá el PSOE o irá a parar a otros canastos?